Los grupos políticos mayoritarios del Parlamento Europeo (PE) expresaron este miércoles su confianza en que Chile seguirá siendo un socio privilegiado para la Unión Europea pese a la crisis social en el país, donde las casi cuatro semanas de protestas se han cobrado ya la vida de 20 personas.
La jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, inició el debate señalando que la Comisión ha decidido mantener su programa de cooperación dedicado a la próxima cumbre del clima de Naciones Unidas, que originalmente iba a celebrarse en este país y finalmente tendrá lugar en España, en muestra de su apoyo a Chile en un "momento de transición".
Mogherini insistió en su reclamación de que se
investiguen los delitos y violaciones de derechos humanos cometidos durante las protestas, en los que además de la veintena de muertos se acumulan miles de heridos y detenidos, y afirmó que el Gobierno empezó a reaccionar a estas protestas con medidas como una
nueva agenda social o cambios en su
gabinete.
El eurodiputado del PP Leopoldo López Gil consideró "indecente" que la situación en Chile se debata al mismo nivel que la crisis en Bolivia, objeto de un debate anterior en el pleno del Parlamento celebrado este miércoles en Bruselas, y alabó las propuestas del Ejecutivo de Sebastián Piñera para aliviar las protestas sociales.
"Días antes se incrementó el salario mínimo, se acordó disminuir la jornada de trabajo, se está trabajando para lograr acuerdos de pensiones, salud y educación", explicó López Gil, que recordó que el propio Gobierno pidió a las Naciones Unidas que envíe una misión a Chile para investigar las denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.
"Días antes se incrementó el salario mínimo, se acordó disminuir la jornada de trabajo, se está trabajando para lograr acuerdos de pensiones, salud y educación"
Leopoldo López Gil
Por otro lado, la eurodiputada socialista y presidenta de la delegación interparlamentaria de Chile,
Inmaculada Rodríguez-
Piñero, apuntó a que su grupo reconoce "las frustraciones y las legítimas demandas de los millones de manifestantes chilenos" ante una crisis de "causas complejas".
No obstante, defendió que "Chile es un socio fiable y muy importante para la UE, con una democracia consolidada, comprometida con los derechos humanos y defensora del multilateralismo, del comercio justo bien regulado y del medio ambiente" y confió en que se ponga en marcha un "proceso de renovación y reforma del contrato social" para Chile.
El eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas se refirió igualmente a Chile como el "primer aliado en Latinoamérica" de la UE, quien, subrayó, "está de parte" del país para acompañarle para acometer las promesas para aliviar las preocupaciones ciudadanas.
"Sus problemas también son los nuestros", subrayó Cañas, que comparó la situación en el país con las tensiones sociales que ha vivido Europa en los últimos meses con, entre otros, los chalecos amarillos en Francia.
Por el contrario, el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán, citó uno de los eslóganes más presentes en las protestas chilenas al asegurar que "no son 30 pesos, son 30 años", un lema que contrapone el incremento en el precio del pasaje del metro de Santiago que fue el origen de las protestas con las tres décadas "de neoliberalismo salvaje", según las tildó el propio Urbán.
"Chile es el laboratorio latinoamericano de las políticas neoliberales desde Pinochet. Cuando el pueblo ha dicho ya basta, la respuesta ha sido militares en la calle. La UE no puede seguir mirando hacia otro lado", reclamó Urbán, que pidió al bloque comunitario suspender su acuerdo comercial con el país.