Cerca de 500 personas se manifestaron este sábado en Hong Kong para apoyar a la policía, tras una semana de violencia en la que los manifestantes prodemocracia radicales paralizaron este territorio chino.
Los manifestantes se reunieron frente a las oficinas del gobierno con banderas de China y Hong Kong y tomándose fotos con los policías.
Este territorio autónomo del sur de China, que tiene un sistema judicial independiente y libertad de expresión, vive desde junio su peor crisis política desde la retrocesión de 1997.
La tensión aumentó este semana con la nueva estrategia de los manifestantes de lleva a cabo acciones simultáneas en varios lugares, que llevó a la
parálisis casi total del metro y al cierre de escuelas y centros comerciales.
El caso también llegó a varias universidades de Hong Kong, donde los estudiantes y otros manifestantes con la cara cubierta ocuparon los campus. Algunos se entrenaban en el lanzamiento de cócteles Molotov y de arcos y flechas.
Sin embargo el número de estos manifestantes radicales empezó a disminuir el viernes por la noche, como por ejemplo en la Universidad China de Hong Kong, donde se vivieron violentos enfrentamientos este semana entre activistas y policía.
La semana estuvo marcada por la muerte de un hombre de 70 años, que recibió un ladrillo en la cabeza cuando intentaba desmontar unas barricadas de los manifestantes, indicó la policía.
Dos estudiantes alemanes, de 22 y 23 años, también fueron detenidos el jueves por participar en una "reunión ilegal".
La movilización prodemocracia empezó en junio con el rechazo a un proyecto de ley que iba a autorizar las extradiciones a la China continental, donde la justicia está bajo la influencia del Partido Comunista.
El texto fue retirado en septiembre, pero los manifestantes ampliaron sus reivindicaciones, que incluyen el sufragio universal para elegir al jefe del ejecutivo de Hong Kong.
