Presidente de EE.UU., Donald Trump y la jefa de Gobierno de Hong Kong, Carrie Lam.
EFE/Reuters
El Gobierno de China instó este jueves al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a que vete la ley que fue aprobada esta semana en el Congreso para respaldar las protestas en Hong Kong contra el Gobierno de Carrie Lam, la jefa de Gobierno de Hong Kong.
Los senadores estadounidenses dieron su visto bueno el martes y el miércoles lo hizo la Cámara de Representantes, por lo que ahora solo queda la firma de Trump para que se convierta definitivamente en ley.
"La pedimos a Estados Unidos a controlar la situación, a parar esto antes de que sea demasiado tarde, a evitar que se convierta en ley y a cesar inmediatamente cualquier interferencia en los asuntos de Hong Kong y China", dijo el vocero del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang.
Asimismo, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, trasladó el malestar del gigante asiático al ex secretario de Defensa estadounidense William Cogen, durante un encuentro sostenido en Pekín. Es "una flagrante intervención en los asuntos internos de China", le manifestó.
Para Wang, este proyecto de ley "manda la equivocada señal de que condona a criminales violentos". "Su esencia es desestabilizar Hong Kong e incluso destruirlo", añadió.
Por otro lado, el Mandatario estadounidense interrogado por la prensa sobre si accederá a los deseos de China se negó a contestar. De la votación en las dos cámaras del Congreso solo ha salido un voto en contra, lo que señala una sólida mayoría parlamentaria que hace difícil justificar el veto presidencial.
La llamada Ley de Derechos Humanos y Democracia en Hong Kong no solo consiste en un espaldarazo para los manifestantes que llevan meses exigiendo una mayor apertura en la ex colonia británica, sino que abre la puerta a posibles sanciones contra funcionarios chinos.
Las protestas comenzaron el pasado mes de junio contra una polémica ley de extradición a la China continental a la que Lam acabó renunciando. Sin embargo, los hongkoneses han seguido movilizados y han aumentado sus demandas, entre ellas el sufragio universal.
Cabe recordar que Hong Kong está bajo soberanía china desde 1997 conforme a un acuerdo entre Pekín y Londres que garantizaba el régimen de derechos y libertades que el territorio había tenido durante la dominación británica. El principio 'un país, dos sistemas' ha permitido el encaje del territorio en el país.