La Corte Electoral uruguaya comienza este martes el escrutinio secundario de los votos emitidos en el balotaje del domingo para oficializar al ganador de los comicios, en los que el centroderechista Luis Lacalle Pou obtuvo la mayoría de votos.
La ajustada diferencia entre el líder del Partido Nacional y su rival oficialista Daniel Martínez (Frente Amplio, izquierda), determinó que el organismo electoral, que siempre realiza un recuento de votos 48 horas después de cada elección, esperara el conteo secundario para confirmar lo que los números absolutos anticipan.
Lacalle Pou obtuvo 1.168.019 sufragios, frente a 1.139.353 de Martínez, una diferencia de menos de 30.000 votos que es, a su vez,
inferior a los votos "observados" -cuando los electores sufragan en circuitos que no les corresponden o no figuran en el padrón- que totalizan 35.000 y que siempre demoran en contabilizarse pues debe cotejarse la identidad del votante en el padrón electoral.
Según la consultora en estadísticas Enia, Martínez necesitaría que 91% de los votos "observados" le fueran favorables para torcer el resultado del escrutinio primario.
Es un escenario improbable que llevó a Lacalle Pou a lamentar que su rival no le concediera la victoria el domingo, y al Frente Amplio a señalar que esperarán la finalización del conteo secundario antes de aceptar una derrota que los sacaría del poder luego de 15 años de gestión en tres mandatos consecutivos.
El presidente de la Corte Electoral, José Arocena, adelantó a la AFP que el recuento tomará unos tres días y el resultado final se conocerá entre jueves y viernes.
Además del proceso de los votos "observados", el escrutinio secundario contabiliza voto a voto en cada uno de los 19 departamentos (provincias) en los que se divide Uruguay.
Además, los delegados de los partidos que asistan a los conteos departamentales podrán pedir al organismo electoral que considere válidos votos que fueron anulados por alguna anomalía, como una papeleta en mal estado, por ejemplo.
Los votos anulados que luego son aceptados como válidos son históricamente escasos. En la primera vuelta electoral de octubre, los votos anulados que fueron finalmente contabilizados apenas alcanzaron 1.700, una cifra que no afecta el resultado de la elección, explicó a la AFP Federico Comesaña, director de Enia.
Con 48,71% de los sufragios para Lacalle Pou y 47,51% para Martínez, una diferencia en números absolutos de apenas de 30.000 votos, el electorado uruguayo quedó partido en dos, aunque tras la primera vuelta, que definió la composición del Congreso, Lacalle Pou -al frente de una coalición de cinco partidos- tendrá mayoría parlamentaria para gobernar a partir del 1 de marzo de 2020.