No hay dudas de que uno de los aspectos de la vida de
Donald Trump que más intriga a los estadounidenses es la relación con su esposa,
Melania, y si ella tiene alguna influencia en las decisiones que toma el Presidente norteamericano. Y si bien la Primera Dama tiene un estilo mucho más reservado que sus antecesoras, eso no significa que no se haga respetar al interior de la Casa Blanca.
Así lo afirma la periodista Kate Bennett en su libro "Free, Melania", biografía no autorizada de la Primera Dama que salió este martes a la venta, y que revela detalles de su vida al interior de la sede de gobierno estadounidense.
Todo esto, en medio de la serie de rumores que aseguran que la pareja del Mandatario carece de influencia alguna y vive "encerrada" en una Casa Blanca que se ha convertido en una "prisión" para ella.
"Melania Trump es mucho más poderosa e influyente con su esposo de lo que piensas", afirma la autora en una columna publicada por CNN en español, donde cuenta pormenores de cómo es la relación de Melania con su marido desde que él asumió la Presidencia de Estados Unidos, algo que, sin duda, jamás imaginó esta mujer nacida en Eslovenia.
La polémica del discurso
Uno de los aspectos que toca el libro tiene que ver con un hecho ocurrido antes del triunfo de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de 2016. Meses antes, su esposa dio un comentado discurso en la Convención Nacional Republicana que, en muchos parajes, era igual a una alocución de la entonces Primera Dama, Michelle Obama, ofrecida ocho años atrás en la Convención Demócrata.
El hecho afectó bastante a Melania Trump, que fue ridiculizada tanto en redes sociales como en medios de comunicación por el papelón. El tema complicaba más a los republicanos considerando que el discurso original era de un referente demócrata.
De acuerdo con Bennett, tras el escándalo Melania
"estaba fuera de sí con la culpa". En ese momento, no solo mostró su pesar por su redactor de discursos, sino que también sentía haber decepcionado a Donald Trump en un momento crucial para su campaña como fue su proclamación como candidato del Partido Republicano.
No obstante, la responsabilidad principal pasó por el equipo de asesores del entonces magnate, con nula experiencia política y que no leyó el discurso de Melania antes del papelón.
La influencia de Melania
En su libro, Bennett confirma que Melania y Donald Trump duermen en habitaciones separadas. Mientras el Mandatario lo hace en el dormitorio principal en la segunda planta de la Casa Blanca, su esposa se queda en el tercer piso, donde cuenta con un salón de belleza y un gimnasio.
De acuerdo con la periodista, la Primera Dama ha logrado crear su propio espacio, en medio de la custodia permanente del Servicio Secreto en todas las instalaciones de la Casa Blanca. "La primera familia no solo no puede abrir una ventana sin el permiso del Servicio Secreto, sino que no puede caminar por el césped sin que haya un cierre del perímetro", asegura.
Pero pese a esta aparente distancia entre el matrimonio presidencial, la influencia de Melania al interior de la sede del Gobierno sería bastante grande. Esto habría quedado demostrado con la expulsión de la Casa Blanca de
Mira Ricardel, asesora de seguridad nacional de Donald Trump que había tenido problemas con el equipo de la Primera Dama durante un viaje a África.
Según el relato de Bennett, tras este desencuentro Melania pidió la salida de Ricardel. Luego de que el Presidente tardara en responder la solicitud, la oficina de su esposa emitió una sorpresiva declaración en la que aseguraba que la entonces asesora "ya no merece el honor de servir en esta Casa Blanca". Un día después, se concretó el despido de Ricardel.
"Melania Trump, según una fuente familiar, opina a menudo sobre las decisiones de su esposo, tanto en lo político como en la forma en que maneja a su personal. Según la fuente, ella tiene frecuentes y obstinadas discusiones, a menudo más de una vez al día, por teléfono", dijo la autora.
Melania vs. Ivanka
No obstante, un contrapeso al poder de Melania Trump en la Casa Blanca es la hija mayor del Presidente, Ivanka Trump, una de las piezas clave en la campaña electoral de 2016 y que trasladó su influencia al Gobierno después del triunfo de su padre. Según Bennett, desde entonces, la relación entre ambas mujeres ya no es tan amistosa como antes.
Si bien mantienen un trato cordial, mas no cercano, la presencia de la hija del Mandatario en la primera línea de la toma de decisiones muchas veces molesta a la Primera Dama, que sentía cómo Ivanka "estaba invadiendo sus territorios", de acuerdo con el libro.
Asimismo, Melania tampoco llevaría una buena relación con
Karen Pence, la esposa del vicepresidente Mike Pence. Para demostrar esa enemistad, la Primera Dama usaría zapatos de tacón alto cada vez que comparte con la "segunda dama", para dejar en evidencia su baja estatura.
Y no sería la única vez en que ella usa la vestimenta para demostrar su descontento con algún tema específico. De acuerdo con el libro de Bennett, cada vez que está enojada con el Presidente, su esposa usa trajes de corte masculino para contrastar con el "notorio conocimiento de que a Trump le gustan las mujeres con vestidos femeninos, ajustados, cortos y muy sexys".
