El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, prometió que priorizará la reducción de la inmigración si consigue la victoria en las elecciones generales del próximo jueves en Reino Unido.
Ello, agregó, a través de un mayor control del sistema de entrada y salida de personas en el país.
"Creo que no es correcto aproximarse a este tema sin control ni límite alguno. Nosotros vamos a imponer un sistema controlado para que bajen los números (de la inmigración)", declaró a Sky News, en referencia a la aplicación de un futuro programa por puntos que antepondrá la entrada de trabajadores "altamente cualificados".
"Porque no soy una persona hostil hacia la inmigración", aseguró, y agregó: "Tengo la creencia de que hay que permitir a la gente que venga a este país, y si pueden contribuir con su talento, mejor".
Johnson y su partido Conservador encabezan las encuestas a las elecciones del jueves pero hay dudas sobre si podrá conseguir la mayoría que necesita para llevar a buen puerto sus planes para la salida de la Unión Europea.
Sobre él pesan además acusaciones de racismo que protagonizaron los momentos más tensos del debate televisado este viernes entre los líderes políticos británicos.
Las acusaciones, sobre las que Johnson ha mostrado su arrepentimiento, no parecen haber pesado en las encuestas. Durante el careo con el líder laborista, Jeremy Corbyn, la consultora británica YouGov publicó un sondeo en la que un 52% ha dado como ganador del debate a Johnson, frente al 48% que ha creído que lo fue Corbyn.
Por otro lado, el líder de los laboristas ha sido visto por un 48% de los encuestados como un político "de confianza", mientras que el conservador sólo ha logrado la confianza del 28%.