Las señales de que a la relación diplomática entre Brasil y Argentina podrían esperarle tiempos complicados han comenzado a materializarse.
El Gobierno brasileño informó este lunes que ningún representante oficial viajará a Buenos Aires para la asunción del Presidente electo Alberto Fernández. La información fue confirmada a The Associated Press por la asesoría de comunicación de la Presidencia y del Ministerio de Relaciones Exteriores, que no informó los motivos de la cancelación del viaje.
Pese a que hasta hoy estaba confirmado que viajaría el ministro de la Ciudadanía Osmar Terra, un funcionario de bajo perfil, finalmente participará en la ceremonia Sergio Danese, el embajador en Buenos Aires. La Presidencia resaltó que "hasta el momento" ese es el plan.
En los últimos meses el Mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, y el peronista Fernández se han cruzado fuertes críticas debido a sus diferencias ideológicas. A contramano de la tradición diplomática, será la primera vez en 17 años que un gobernante brasileño no estará presente en la jura de un presidente del país vecino.
Según analistas consultados por AP esto podría marcar el inicio de una relación tumultuosa entre los dos principales aliados de la región, con un posible impacto no sólo en el comercio y la relación bilateral sino también en el bloqueo de cualquier intento de cooperación relevante en la región.
Rafael Saliés, consultor de riesgo político y seguridad en América Latina, dijo que es el inicio de una relación de "socios en la rivalidad". "A ambos presidentes les sirve internamente mostrarse enemistados ante sus bases. Convivirán al límite de la crisis, pero a ninguno de los dos les sirve que se llegue a un conflicto terminal para no damnificar seriamente el comercio. El riesgo existe", añadió.
Argentina es el tercer mayor socio comercial de Brasil, apenas detrás de China y Estados Unidos, y el principal destino de sus productos manufacturados que se venden en el exterior.
"Bolsonaro no ve las relaciones internacionales en términos de intercambio sino como países fuertes, por un lado, y débiles, por otro, que deben obedecer. En la relación con Argentina se ve más poderoso y cree que no tiene que dar nada a cambio", remarcó Saliés.
La última vez que un presidente brasileño estuvo ausente en la jura fue en 2002, cuando
Eduardo Duhalde asumió el cargo en medio de una crisis institucional que eyectó del cargo a cuatro presidentes en 11 días.
Además, por primera vez desde la redemocratización de ambos países no habrá en la ceremonia de juramento ningún funcionario brasileño de alto rango.
Según confió el domingo a AP una fuente del Gobierno, la decisión de Bolsonaro partiría de un enojo con el nuevo Mandatario argentino, acentuado por un reciente encuentro con diputados opositores.
El profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas,
Oliver Stuenkel, dijo que el desaire ya impacta negativamente en el comercio debido a
una situación de "incertidumbre" para los inversores.
"Bolsonaro muestra que no está dispuesto a pensar de manera práctica la relación y adopta una postura populista, de enfrentamiento, para movilizar a su base. Está preso en su retórica de campaña", dijo Stuenkel.