Los sindicatos franceses llamaron este miércoles a intensificar la huelga en los transportes públicos en Francia, que cumple siete días y tiene colapsada a ciudades como París, insatisfechos con los anuncios del gobierno sobre una controvertida reforma del sistema de pensiones.
"Ha llegado el momento de construir un sistema de jubilación universal", dijo el primer ministro francés, Edouard Philippe, en un discurso muy esperado en el que reveló el contenido integral de la reforma, prometida por el Presidente Emmanuel Macron durante su campaña presidencial.
El corazón de la reforma consiste en la creación de
un "sistema universal" de pensiones, por puntos, que remplazará los 42 regímenes de pensiones actuales, que permiten jubilaciones anticipadas y otros beneficios a ciertas categorías profesionales.
Refiriéndose a un "nuevo pacto social", Philippe prometió una reforma que "reestructurará profundamente las reglas", "corregirá las injusticias y "se adaptará" a los desafíos del siglo XXI, sin renunciar a los valores fundadores del sistema de bienestar social francés creado tras la Segunda Guerra Mundial.
Para el Gobierno se trata de un sistema "más justo" pero quienes se oponen a él - casi la totalidad de los sindicatos y la oposición de izquierda - temen una mayor "precariedad" para los futuros jubilados.
"Se ha cruzado la línea roja"
Ni bien el Gobierno reveló los detalles de la reforma, los sindicatos rechazaron el proyecto unánimemente y llamaron a intensificar las huelgas que tienen a los metros, trenes, escuelas, hospitales y vuelos fuertemente afectados desde hace una semana, hasta que el Ejecutivo retire su plan.
"El Gobierno quiere individualizar el sistema de pensiones (...). Todo el mundo trabajará más tiempo, esto es inaceptable", declaró Philippe Martinez, el secretario general del sindicato CGT, uno de los principales del país.
Incluso la central sindical CFDT -mas moderada, con mayor peso en la actividad privada y que respalda el paso a un plan de pensiones único- rompió lanzas y criticó los anuncios ya que dijo que el Gobierno, al pretender que los franceses trabajen más años, "cruzó una línea roja".
Furiosos, los representantes sindicales de los ferrocarriles franceses y de los transportes públicos de París instaron a "reforzar la huelga" y todas las centrales llamaron a una gran nueva movilización el 17 de diciembre en París, tras las dos jornadas del 5 de diciembre y del 10 de diciembre, que sacaron a cientos de miles de franceses a las calles.
La red de transporte público, principalmente de París, se encuentra fuertemente afectada por la huelga indefinida, que comenzó el pasado jueves y tiene a todo el sector del turismo temblando por el impacto en sus ingresos, sobre todo en plena época de Navidad.
Las mismas escenas se repiten desde hace una semana en toda la región parisina: pocos metros, trenes suburbanos repletos y estaciones colapsadas. Una situación que provoca malestar entre muchos usuarios.
Por ahora, según los sondeos, una mayoría de los franceses apoya la huelga porque temen una precarización de sus condiciones de jubilación con el nuevo sistema de pensiones.