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"Fue como entrar a un cenicero": Chilenos en Australia relatan cómo han vivido la mayor crisis ambiental en la historia del país

Un grupo de nacionales residentes en la nación oceánica detallaron a Emol las complicaciones por las que han debido pasar y también criticaron la labor de las autoridades locales.

14 de Enero de 2020 | 08:05 | Por Nicolás Uranga,Emol
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AFP
Pasan los días y los incendios forestales siguen consumiendo Australia. El país oceánico vive la mayor crisis medioambiental de su historia, luego de que las llamas consumieran 10 millones de hectáreas y acabaran con la vida de 30 personas y 1.250 millones de animales. El pánico, la angustia y el dolor han consumido a sus habitantes, donde también hay chilenos, que han vivido en carne propia la tragedia.

Los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria son los más afectados. Desde esa zona, un grupo de chilenos detalla a Emol cómo han experimentado la tragedia de distintas maneras. Las emociones son variadas.

"No sé qué decirte la verdad... una pena", cuenta Francisca Cisternas, quien llegó en diciembre a Melbourne, capital del Estado de Victoria, que a pesar de no estar directamente afectada por las llamas sufre graves condiciones en la calidad del aire, por lo que "recomiendan no pasar mucho tiempo afuera, sobre todo si eres de un grupo de riesgo, como asmático o embarazada".

"Australia está en su época de incendios, este partió antes y todavía no se ha llegado a la temporada fuerte que es finales de enero y febrero" asegura, por lo que "hay mucho miedo y sensación de poco control". Aunque en Melbourne no se vive el calvario de otras ciudades del país, la situación es muy tensa dentro de la comunidad.

Foto: Cortesía Antonia Yáñez.

Mientras, para Antonia Yáñez y su pareja, de Sydney, la situación ha sido completamente distinta. "El aire tóxico, lleno de humo y cenizas por todas partes" es la imagen con que se encontró al llegar a la casa de sus suegros, en Ulladulla, un pueblo costero dentro del parque nacional Meroo National Park, a unas tres horas al sur de Sydney.

El terreno de la familia de su pareja consta de una casa principal, una casa de invitados, cobertizos donde se guardan los camiones del negocio familiar y un amplio patio. "En febrero del 2019 pude conocer este lugar maravilloso rodeado de árboles, todo verde y con muchos ruidos de distintos animales", cuenta Antonia.

Sin embargo, lo que observó en octubre pasado cambió toda perspectiva: "Volví y me encontré con un panorama totalmente distinto. Todo el pasto seco de color café. Me contaron que no llovía hace harto tiempo y que estaban pasando por una sequía muy grande. Luego de un mes, empezaron los incendios", relata. La temporada de incendios en Australia comenzó en septiembre, pero no fue hasta noviembre que se declaró la alerta de peligro de incendio catastrófico.

Ante tal situación, los residentes de Ulladulla se prepararon,por la posible llegada de las llamas. Mangueras, regadores de largo alcance, tanques de agua llenos, trajes especiales y el aviso a los bomberos fueron algunas de las precauciones que tomaron para hacer frente al incendio que se avecinaba.

Foto: Cortesía Antonia Yáñez.

El primer siniestro fue tres días antes de navidad. Este se veía venir y los bomberos llegaron a tiempo. "Tuvieron mucha ayuda para apagar el fuego, pero eso no quita lo intensa, aterradora y frustrante que fue toda esa tarde. Se les quemaron los árboles de al fondo del patio, árboles del camino, pero a la casa no le pasó nada", afirma Antonia, que agrega que tanto ella como su pareja no podían ingresar al recinto, porque habían cortado el camino.

"Cuando pudimos finalmente entrar, fue como entrar a un cenicero. El aire tóxico, lleno de humo y cenizas por todas partes. Podíamos ver a través de los árboles", detalla una vez que vio el estado en el que quedó el terreno de sus suegros. Sin embargo, eso no sería lo más grave. El sábado 4 de enero se pronosticaron altas temperaturas y vientos muy fuertes, lo que alertó a los residentes de Ulladulla.

"A las 6 de la tarde las chispas empezaron a llegar al patio de la familia de mi pololo y a todos los terrenos de la calle. El cielo se volvió totalmente negro debido al humo del fuego. Ahora los bomberos no estaban. Fue una tarde y una noche de mucho susto", declara.

Cuando el fuego alcanzó la propiedad debieron enfrentar los fuegos solos: "Se les estaba quemando todo excepto la casa. Mi suegra defendía la casa y los alrededores de la terraza, mientras mi suegro iba a apagar el fuego de los cobertizos, el patio y la casita de invitados", detalla la chilena, que agrega que la casa se salvó "de milagro".

Al ser consultada por posibles soluciones ,explica que "lo único que podría ayudar a apagarlos sería una lluvia torrencial por una semana de corrido y mucha ayuda del Gobierno, lo cual no se está viendo mucho".

Las críticas a las autoridades

"Hoy día revisaba la calidad del aire y sale enfermo, peligroso, entonces esa situación está muy complicada", comienza relatando Arturo Dell Oro, joven que reside en Sydney, ciudad que aunque no sufre un contacto directo con las llamas se ha visto gravemente perjudicada en su calidad del aire, que se ha vuelto nocivo.

Arturo comenta que a pesar de no estar cerca de los incendios se vive un ambiente de miedo y preocupación: "Mis compañeros de pieza están muy asustados, los incendios no paran, no los pueden controlar, no llueve, entonces en este sentido la gente acá sí tiene una preocupación, tiene mucha tensión", confiesa.

Con respecto a la calidad del aire, el chileno admite que es una situación grave y que el Gobierno no ha hecho lo suficiente para solucionar este problema.

"Hay gente con enfermedades respiratorias como asma y que lo está pasando mal. O sea, hoy en día esas personas no pueden salir a caminar", explica. Por lo mismo, "los australianos critican mucho al Gobierno que ha sido muy ineficiente, en un tema que era muy evitable, pero no hicieron nada, no hicieron nada rápido, hasta que ya era tarde" opina Arturo, frente a las medidas tomadas por el Ejecutivo.

En tanto, Tomás Pagani tiene una sensación muy pesimista: "se considera que lo peor está por venir". Él vive en Melbourne y relata que hay días en donde la ciudad completa esta cubierta de humo, lo que afecta el estilo de vida de la ciudad. Las autoridades llaman a la precaución no tan solo por la pésima calidad del aire, sino que también por la poca visibilidad al conducir.

"Hay un descontento general por el actuar y manejo del Primer Ministro ante la situación, ayer hubo varios puntos de protestas pidiendo su renuncia"

Tomás Pagani
"La situación se vive en general con tristeza y preocupación dado que está totalmente fuera de control y se considera que lo peor está por venir ya que febrero es el mes con las temperaturas promedio más altas en Nueva Gales del Sur y Victoria, lo que solo incita su propagación" explica este joven, por lo que vive con incertidumbre el futuro de su ciudad.

Por otro lado, una crítica constante es hacia el Gobierno, centrada específicamente en el Primer Ministro Scott Morrison, quien hace unos pocos días admitió errores en la gestión de los incendios. Ante esto Pagani comenta que "hay un descontento general por el actuar y manejo del Primer Ministro ante la situación, ayer hubo varios puntos de protestas pidiendo su renuncia".

Mientras, estos chilenos intentan seguir llevando sus vidas dentro de lo complicada que está la situación en Australia. No obstante, saben que la cosa puede empeorar, por lo que deben estar preparados.
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