El Gobierno alemán condenó este lunes los planes de atentados "espantosos" contra mezquitas en el país por parte de un grupúsculo de extrema derecha llamado "Grupo S", el cual fue desarticulado la semana pasada.
"Lo que ha salido a la luz es espantoso, ver a un grupo radicalizarse de esta manera y tan rápidamente", señaló el vocero del ministerio del Interior, Björn Grünewälder, en una conferencia de prensa en Berlín.
Es "importante que los lugares de culto sean protegidos", añadió Grünewälder.
"La misión del Estado es garantizar la libre práctica de la religión en el país, sin peligros ni amenazas", subrayó por su parte Steffen Seibert, portavoz del gobierno y de la Canciller Angela Merkel.
"Quien quiera practicar su religión en Alemania debe poder hacerlo sin sufrir amenazas y sin correr peligro", apostilló.
El vocero del Gobierno alemán declaró que "los mensajes escritos en las paredes de las mezquitas y cualquier otro tipo de vandalismos son unos actos repugnantes".
En los últimos tres días se hicieron avisos de bomba por medio de correo electrónico a cinco mezquitas en ciudades de Essen, Hagen, Unna, Bielefeld ve Aachen; se rompieron los cristales de la construcción de la mezquita de Brühl.
Célula ultraderechista
Los miembros de la célula ultraderechista desarticulada la semana pasada en Alemania planeaban atentar contra seis mezquitas de localidades pequeñas, según fuentes de los servicios de seguridad.
Las fuentes, consultadas por la agencia de noticias DPA, advirtieron que se trata de "un caso especialmente grave", ya que los detenidos, que se conocieron en Telegram, solo se vieron dos veces en persona y estaban dispuestos a pasar cuanto antes a la acción.
Uno de los sospechosos se encargaba supuestamente de la recopilación del armamento. Durante los registros, llevados a cabo en seis regiones de Alemania, las fuerzas de seguridad se incautaron de hachas, espadas y armas de fuego, entre otras armas.
Las autoridades, que emitieron la semana pasada 12 órdenes de arrestos, sospechan que este "Grupo S", coordinado por el bávaro Werner S., de 32 años, quería atentar contra políticos, solicitantes de asilo y musulmanes para crear "condiciones como las de una guerra civil" en Alemania.
Sus planes se asemejan a los de otros grupos ultra derechistas desarticulados en los últimos años. Los servicios de Inteligencia alemanes estiman que hay unos 12.700 extremistas de derechas en el país, entre ellos 53 considerados una amenaza para la seguridad.
