El ex Presidente boliviano Evo Morales, que en 2019 dejó el poder tras recibir presiones de las Fuerzas Armadas en medio de acusaciones de fraude electoral, criticó fuertemente la labor realizada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en la auditoría a las elecciones bolivianas y no descartó acudir a la Corte Internacional de la Haya.
Morales había sido reelecto en las elecciones de octubre recién pasado, pero debió convocar a nuevos comicios tras días de protestas y violencia, impulsadas por las acusaciones de fraude en su contra. El ex Mandatario abandonó entonces la presidencia cuando las Fuerzas Armadas le sugirieron que lo hiciera.
Desde entonces, Morales ha dicho que fue víctima de un "golpe de Estado" y acusó a la OEA de impulsarlo. En entrevista con Reuters, el ex Mandatario no descartó acudir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya de ser necesario.
Un informe de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) puso en duda la semana pasada la acusación de fraude que la OEA hizo contra Morales, lo que produjo una nueva polémica en la región.
"El método utilizado por la OEA no está citado ni probado dentro del campo, y es poco probable que este método pueda justificarse dentro del campo", explicó Jack Williams, uno de los investigadores que realizó el informe.
"El fraude sucede en una diversidad de elecciones. El problema es la escala. En la elección de Bolivia de 2019 (...) el fraude no superó el margen para que Morales necesitara ganar", agregó.
Por su parte, Morales declaró que "deberá haber una severa sanción contra Luis Almagro y su equipo que ha ido a hacer esta auditoría electoral en Bolivia".
"Estamos seguros que vamos a ganar las elecciones"
Por otro lado, el ex Mandatario sostuvo que tiene miedo de que sus rivales políticos manipulen los comicios del próximo mayo o que impulsen un golpe de Estado si su partido gana las elecciones.
Morales acusó a la "derecha" y a Estados Unidos de impedir su candidatura presidencial y al Senado, y de intentar mantener a su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), lejos del poder.
"Han invertido tanto, con tantos muertos, dudo que la derecha boliviana con Estados Unidos sean gobierno por (solamente) seis o siete meses", manifestó en su oficina de Buenos Aires.
"Estamos seguros que vamos a ganar las elecciones. Solo un fraude o un golpe puede frustrarlo", señaló Morales, que agregó: "Nos estamos preparando internamente sobre cómo cuidar el voto. Y si ganamos, pues el golpe".
Al estar invalidado para competir en los comicios por la justicia electoral, Morales respaldó como candidato presidencial a su ex ministro de Economía Luis Arce, quien actualmente lidera las encuestas sobre intención de voto.
La actual Mandataria Jeanine Añez y el ex Presidente Carlos Mesa -segundo en los comicios de octubre- lo siguen en la intención de voto y tendrían posibilidades de imponerse en un eventual balotaje.
Mientras espera poder retornar próximamente a Bolivia -donde fue acusado de delitos como "sedición"-, Morales, de 60 años, aseguró: "Nosotros hemos ganado en la primera vuelta" en las elecciones de octubre.
Y consideró que su política económica independiente y los intereses creados en torno al litio, un mineral del que Bolivia posee una de las mayores reservas a nivel mundial, fueron las causas del "golpe" en su contra.
