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Quiebre entre la OEA y la CIDH por decisión de Almagro de no renovar el mandato de secretario ejecutivo

La comisión expresó su molestia por la no continuidad de Paulo Abrão al mando de ella. El secretario general de la OEA, en tanto, justificó su determinación en base a una serie de denuncias en contra del funcionario brasileño.

25 de Agosto de 2020 | 12:15 | Redactado por Ramón Jara A., Emol
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Un quiebre entre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de Estados Americanos (OEA) se ha desatado las últimas horas a raíz de la decisión del secretario general de este último organismo, Luis Almagro, de no renovar el mandato del secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão, generando la molestia del organismo que éste dirigía hasta ahora, que reclama una violación de su autonomía.

En un comunicado, la CIDH -órgano nacido al amparo de la OEA para la defensa de los DD.HH. en la región- expresó este martes "su más enérgica protesta; así como su alarma ante un grave embate contra su independencia y autonomía", tras la determinación del jefe de la OEA de abstenerse de avanzar en la renovación de Abrão, al mando del organismo desde 2016 y cuya continuidad para el periodo 2020-2024 ya había sido aprobada por la comisión en enero pasado y comunicada a Almagro vía nota oficial "para los efectos de su contratación administrativa".

"Entre las razones que motivaron la decisión de la Comisión Interamericana de renovar el mandato al actual secretario ejecutivo y confirmarle su confianza, fue la necesidad de contar con un secretario ejecutivo que tenga las condiciones y capacidades para consolidar un proceso de transformación y modernización de las labores de la Comisión; que pueda liderar el proceso de conclusión de su Plan Estratégico 2017-2021; así como la construcción de su nuevo plan para el futuro, acorde con su visión para la protección de los derechos humanos en la región.", agregó la CIDH.

Sin embargo, el pasado 15 de agosto la OEA comunicó la decisión de abstenerse "de avanzar en el proceso de nombramiento del Secretario Ejecutivo", lo que para la CIDH "se traduce en una negativa a extender el contrato laboral, trámite requerido para dar continuidad administrativa al mandato del Secretario Ejecutivo".

"La Comisión anuncia a la comunidad internacional que esa decisión unilateral del secretario general constituye un franco desconocimiento de su independencia y autonomía, que busca la separación de facto del secretario ejecutivo, y dejar sin efectos la decisión de renovación adoptada 8 meses antes por la CIDH"

Comisión Interamericana de Derechos Humanos
"La Comisión anuncia a la comunidad internacional que esa decisión unilateral del secretario general constituye un franco desconocimiento de su independencia y autonomía, que busca la separación de facto del secretario ejecutivo, y dejar sin efectos la decisión de renovación adoptada 8 meses antes por la CIDH. No deja de llamar la atención de la CIDH que, durante ese lapso no recibió cuestionamiento alguno por parte del Secretario General sobre la pertinencia del procedimiento de renovación", reclamó la entidad.

De acuerdo con la comisión, en su nota Almagro citó dos documentos: uno elaborado por la Secretaría de Adjuntos Jurídicos de la Secretaría General de la OEA sobre las competencias de su líder en el proceso de designación del secretario ejecutivo de la CIDH, y otro proveniente de la Ombudsperson de la OEA, "en el que se advierte el carácter confidencial de su contenido".

"Al respecto, la CIDH observa con extrema preocupación la interpretación de las normas realizada en el informe jurídico en que el secretario general funda su decisión, según la cual el Reglamento de la CIDH es una mera interpretación no vinculante del Estatuto de la CIDH y de la Carta de la OEA y que, por lo tanto, el secretario general no está obligado a cumplirlo", advirtió la comisión.

"La CIDH, gracias a su reforzada autonomía e independencia, realiza su trabajo de manera imparcial, libre de cualquier influencia política y es un ejemplo y una referencia para el mundo. La interpretación jurídica que la CIDH utilizó para decidir en forma unánime la renovación del Secretario Ejecutivo se funda en el marco jurídico interamericano vigente y en precedentes, así como el compromiso de la Secretaría General 'con el logro de una mayor autonomía técnica y administrativa para la Comisión', consignado en la Directiva D-1/2000", recalcó la entidad.

"Es de recordar que en el pasado esta discusión ya ha sido planteada, y resuelta, en diálogo con todos los actores relevantes del hemisferio, incluyendo el Secretario General, en los términos del Reglamento de la CIDH. La Comisión Interamericana espera que en esta oportunidad esta situación tan grave pueda ser superada por la vía del diálogo", añadió.

La respuesta de Almagro

Tras la denuncia de la CIDH vino la enérgica respuesta del secretario general de la OEA, quien afirmó que no se ha podido avanzar en el proceso de designación de Abrao "debido a la existencia de decenas de denuncias de carácter funcional que han sido presentadas ante los mecanismos institucionales encargados de garantizar y promover los derechos de las y los funcionarios de la Organización y de procesar en este caso las reiteradas denuncias sobre posibles violaciones de sus derechos".

"Lamentamos que la CIDH, a pesar de estar en conocimiento de decenas de denuncias, en algunos casos por meses, no haya dado traslado de las mismas a la Oficina del Inspector General para su sustanciación lo cual debió ser realizado en definitiva por la Secretaría General. Esta falta de tramitación es un duro golpe a su credibilidad.", remarcó Almagro, quien enfatizó que "obviamente" estas denuncias impidieron que se renovara el contrato del secretario ejecutivo de la CIDH.

"Lamentamos que la CIDH, a pesar de estar en conocimiento de decenas de denuncias, en algunos casos por meses, no haya dado traslado de las mismas a la Oficina del Inspector General para su sustanciación lo cual debió ser realizado en definitiva por la Secretaría General"

Organización de Estados Americanos (OEA)
El líder de la OEA, de todos modos, aseguró la presunción de inocencia del acusado, aunque al mismo tiempo remarcó que "no hay impunidad ni indefensión respecto a denuncias de violación de derechos de las funcionarias y los funcionarios dentro de la CIDH ni en ninguna oficina de la Organización. No mientras sea secretario general".

En ese sentido, enfatizó que "es completamente falta de ética y repudiable pretender generar confusión respecto a lo que constituye la responsabilidad y rendición de cuentas funcional individual de uno o más funcionarios y lo que constituye la autonomía de la CIDH".

"El trabajo del secretario general ha sido asegurar la autonomía e independencia de la CIDH tanto en lo referido a la substancia de su trabajo como en el área administrativa, esto se hace y se continuará haciendo sin fallas", añadió.
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