Los líderes de la oposición manifestaron su repudio a la gestión del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el ministro de Salud de la provincia, Daniel Gollán, luego de que su equipo presentara un nuevo método para contabilizar casos de contarios por covid-19, lo que implicó un salto de más de 3.500 muertos en solo un día en la mayor provincia del vecino país.
Así, el equipo de senadores provinciales de Juntos por el Cambio (JxC), liderado por Roberto Costa, anunció que enviará este lunes un proyecto a la Cámara para solicitar la interrogación de Gollán, con el fin de que clarifique lo ocurrido con las estadísticas.
Costa precisó que los legisladores buscan conocer las "causas que originaron las inconsistencias denunciadas por el ministerio respecto del número de víctimas y si se han tomado acciones para transparentar la información". En la confección del pedido trabajó la legisladora Alejandra Lordén, quien es vicepresidenta de la Comisión de Salud.
La tienda opositora también emitió un comunicado conjunto, firmado por diputados y senadores, en donde se indicó que el reciente ajuste de datos fue "un acto de irresponsabilidad manifiesta de parte de un gobernador que ha confiado la gestión de la pandemia a funcionarios de dudoso profesionalismo". En el escrito, se acusó a las autoridades sanitarias de la Provincia de "confrontar irracionalmente con el gobierno de la ciudad, manipular cifras de fallecidos e imaginar escenarios apocalípticos que jamás se cumplieron".
Pedido de renuncia
En línea con la crítica de JxC, el economista y ex candidato presidencial José Luis Espert también apuntó contra los referentes de Salud, y pidió la renuncia de Gollán y de su par nacional, Ginés González García.
"Les pedimos que renuncien. Esto es inhumano, por no decir que es casi criminal. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para llevarlos a juicio. Nos parece inadmisible que un funcionario incurra en semejantes supuestos errores. Hay que abrir una investigación severísima. Ningún número es creíble después de esto", dijo Espert, en un video que publicó en su cuenta de Twitter.
En su condición de ex ministro de Salud nacional, Adolfo Rubinstein calificó de "inadmisible" el desajuste en los datos de mortalidad. "Hace dos días, alertaba sobre el serio problema que traía el retraso en el reporte de muertes en la provincia de Buenos Aires para estimar proyecciones de la epidemia. Pero 3.523 muertos ahora 'contabilizados' porque consolidaron la información con otras bases de datos... ¿Después de siete meses de pandemia? Inadmisible", tuiteó Rubinstein.
"Les pedimos que renuncien. Esto es inhumano, por no decir que es casi criminal. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para llevarlos a juicio. Nos parece inadmisible que un funcionario incurra en semejantes supuestos errores. Hay que abrir una investigación severísima. Ningún número es creíble después de esto".
José Luis Espert, economista y ex candidato presidencial
Días atrás, el ex ministro había criticado la demora en la carga de datos, por "impedir" que pudiesen hacer "proyecciones serias sobre la curva epidémica".
En diálogo con Radio Mitre, Rubinstein también puso en duda la totalidad de casos a nivel país, y dijo: "Cuanto más deficiente es la estrategia de testeo, aumenta muchísimo más el número de infectados. Es probable que tengamos un número de contagios reales entre 8 y 10 veces mayor que los casos reportados".
Por su parte, Patricia Bullrich, presidenta de Pro, también criticó al gobierno bonaerense y acusó al oficialismo de "profundizar" los problemas económicos y de la salud, entre otros. "Prorrogaron la cuarentena una y otra vez, hasta dijeron que dominábamos al virus. Tras seis meses, nos enteramos de que hay 3.523 nuevos bonaerenses fallecidos. ¿Así tomaron decisiones? Han hecho un desastre en salud, economía, educación y libertad. Profundizaron todos los problemas", tuiteó.
El motivo que impulsó el cambio en el recuento, según sostuvo Gollán en una conferencia de prensa dada el pasado viernes, fue el "desafío de medir la pandemia en tiempo real" y el intento de "evitar el subregistro de los datos de mortalidad". Para lograrlo, se comenzó a cruzar información de tres bases de datos (SISA, Sigec y el Registro de las Personas).
