El jueves, y luego de varios desencuentros y una suspensión de por medio, se llevó a cabo
el segundo y último debate televisivo entre el Presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, y el candidato demócrata
Joe Biden, con miras a las elecciones del próximo 3 de noviembre en el país norteamericano. Un encuentro que generaba expectativas considerando cómo había sido el primer evento, pero que en el análisis final
dejó una sensación más agradable.
Había temor. El del 29 de septiembre había sido considerado por muchos analistas y medios de comunicación como "el peor debate de la historia de Estados Unidos", marcado por las interrupciones e insultos de los candidatos, dejando de lado la discusión y el intercambio de ideas. Tanto que, para no repetir el caos, los organizadores del evento decidieron apagar los micrófonos de un abanderado durante el turno de su rival.
Y funcionó. Esta vez,
el debate del jueves tuvo un ritmo más llevadero y primaron las opiniones de uno y otro candidato. Es cierto, también hubo interpelaciones y ataques, pero todo fue más ordenado, sin caos. Eso, al igual que el desempeño como moderadora de la periodista
Kristen Welker -que para la gran mayoría manejó bien la situación- cayó bien y dejó atrás el bochornoso evento de septiembre.
"Un debate presidencial más calmado y dos visiones muy distintas de Estados Unidos", tituló The New York Times sobre el evento televisivo."El tono de este debate fue, en general, más moderado que el primer encuentro entre los dos candidatos, realizado el mes pasado, cuando Trump arengó a Biden durante más de una hora y media y provocó de manera efectiva un cortocircuito en cualquier tipo de conversación", agregó.
No obstante, el diario neoyorquino remarcó que "si el tenor del debate del jueves fue más tranquilo, el conflicto en cuestiones de fondo y visión no podría haber sido más dramático".
Por su parte,
Fox News enfatizó que "el enfrentamiento presidencial ofreció
un marcado y sustantivo contraste entre dos visiones de Estados Unidos". "El debate final de las elecciones presidenciales de 2020 entre el Presidente Trump y el nominado demócrata Joe Biden involucró intercambios acalorados pero sustantivos entre los rivales encarnizados sobre temas desde el coronavirus hasta la economía", agregó.
"Donald Trump y Joe Biden, igualados en un debate que fue sorprendentemente civilizado", tituló por su parte el diario español El Mundo, destacando el tono más calmado del encuentro, a diferencia del "circo" que, aseguró el medio, se convirtió el debate anterior.
En la misma línea, la edición en español de la Deutsche Welle destacó: "Trump y Biden por fin debaten y exhiben diferencias irreconciliables".
El control de Trump
Sobre el desempeño de los candidatos, todos los analistas y medios destacaron el tono menos agresivo de Donald Trump, lo que pudo haberlo acercado al voto republicano más moderado. "El candidato Trump ha estado más serio que el presidente Trump. Ha mostrado más ideas, propuestas y visiones. Trump ha ido por faena, menos arrogante y displicente. Un nuevo Trump que ha sido más convincente para los que aún dudan. Se ha dirigido más a estos electores que sus fervorosos partidarios", afirmó El País.
"Realmente nos hemos acostumbrado demasiado al esperpento Trump. Finalmente, el supuesto y esperado ataque hiperbólico del Presidente, ha sido una ordenada y metódica estrategia de desgaste de Biden sembrando dudas", agregó el periódico español.
Liz Peek, analista de Fox News, afirmó por su parte que el Mandatario
"aprendió la lección" tras lo ocurrido en el primer debate: "Esta vez, Trump vino preparado para mostrarle al país que podía ser civilizado, mantenerse (principalmente) en el tema y aún vencer a Biden. Eso hizo".
"El Presidente Trump no dio un golpe de gracia, pero ganó por puntos. Se las arregló para sacar a relucir el escándalo que se estaba gestando sobre los turbios negocios extranjeros de Hunter Biden y la aparente participación de Joe Biden en esas actividades, la historia publicada por primera vez por el New York Post que ha causado tanto furor. Eso fue importante ya que los medios liberales se han negado sorprendentemente a cubrirlo", remarcó.
"Trump finalmente, finalmente, tuvo una conversación sobre temas y opciones políticas, que claramente ganó. En cuestiones de energía, atención médica, economía, reforma de la justicia penal y más, Trump hizo sonar las campanas que los conservadores estaban esperando", aseguró Scott Jennings en CNN.
"Esta vez, Trump vino preparado para mostrarle al país que podía ser civilizado, mantenerse (principalmente) en el tema y aún vencer a Biden. Eso hizo"
Liz Peek
Pero no todo fueron alabanzas. La columnista
Frida Ghitis señaló a CNN que "el presidente Donald Trump
se controló a sí mismo y aun así nos mostró quién es".
"Claro, no gritó por todos ni interrumpió constantemente, como lo hizo en el último debate. Entonces, superó la vara más baja imaginable después de haber establecido las expectativas más bajas posibles. Pero si hubiera sido cualquier otro político, nos sorprendería la insondable cantidad de mentiras que dijo, las acciones indefendibles que defendió y las absurdas declaraciones que hizo", sentenció.
En tanto, el abogado Raúl Reyes dijo al mismo medio que "Trump falló esta noche en sus dos tareas más importantes: no ofreció una visión afirmativa para su segundo mandato y no pudo articular una respuesta coherente a la pandemia de coronavirus. Perdió el tiempo con afirmaciones descabelladas, como haber hecho más por los afroamericanos que cualquier otro presidente desde Abraham Lincoln y su afirmación de que era la persona menos racista en la sala de debates".
La evaluación de Biden
Respecto del trabajo de Joe Biden, también hay coincidencias de que esta vez estuvo más enfocado en su estrategia que en responderle a Trump. "Biden, con un bolígrafo en sus manos casi toda la noche, ha mostrado una actitud prudente a pesar de la ventaja que le otorgan las encuestas. Ha querido mostrar un estilo atento, receptivo y eficiente, frente al 'hablas mucho y no haces nada' o los 47 años de servicio público acumulados" agregó El País.
En tanto, la analista política de CNN SE Cupp remarcó que "mientras que el Presidente Donald Trump intentó difamar a la familia de Biden y plantear teorías de conspiración sobre sus finanzas, Biden continuamente dirigió las preguntas sobre los problemas lejos de su familia y hacia las familias estadounidenses".
"A los votantes
no les importa el hijo de Biden, los recaudadores de fondos de Wall Street o Alexandria Ocasio-Cortez. Se preocupan por mantener a sus familias con vida, a salvo de covid y seguir empleadas. Biden ganó la noche por mantenerse concentrado en los temas que más importan", remarcó.
Por otro lado, Jessica Anderson indicó al mismo medio que "Biden no proporcionó respuestas persuasivas cuando se le preguntó repetidamente por qué no tomó medidas en cuanto a sus nobles metas durante su casi medio siglo en la política. Y cuando se le preguntó por qué no promulgó la reforma de la justicia penal durante ese tiempo, hizo una pausa antes de culpar a los republicanos: 'Teníamos un Congreso republicano'. Esa fue su respuesta".
"A medida que avanzaba la noche, el desempeño de Biden disminuyó lentamente. Luchó para encontrar respuestas coherentes a las preguntas urgentes de Trump sobre temas controvertidos, como recibir fondos de fuentes rusas, además de emitir negaciones generales y devolver la acusación a Trump", dijo por su parte el analista de Fox News Doug Schoen.
"Biden, con un bolígrafo en sus manos casi toda la noche, ha mostrado una actitud prudente a pesar de la ventaja que le otorgan las encuestas. Ha querido mostrar un estilo atento, receptivo y eficiente, frente al 'hablas mucho y no haces nada' o los 47 años de servicio público acumulados"
El País
"Además,
Biden cometió una serie de errores durante la noche, incluida una referencia fuera de lugar a Hitler que confundió a los expertos del otro lado del pasillo", añadió.
Con todo, los analistas coinciden en que lo ocurrido en el debate, probablemente no influya tanto en el resultado final de las elecciones del 3 de noviembre, por su proximidad y por el altísimo número de personas que ya han sufragado de forma anticipada.
