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Las cuatro claves que explican por qué Francia provoca tanta ira en el mundo musulmán

Su brutal pasado colonial, sus movimientos militares, sus firmes políticas seculares y su presidente que habla con dureza -y que es visto como insensible hacia la fe islámica- juegan un papel importante.

04 de Noviembre de 2020 | 08:03 | Por AP / Equipo Multimedia, Emol.
La ira que desata Francia en los musulmanes
  • Al margen de la historia

    Francia tiene la población más grande de musulmanes en Europa Occidental, calculando más de 5 millones en una nación de 67 millones de habitantes. Una cifra asociada a su legado colonial por grandes franjas en África y Medio Oriente.

    No obstante, los esfuerzos por integrar a los inmigrantes musulmanes han fracasado. Y es que la política daltónica de Francia pretende ignorar los antecedentes étnicos y religiosos de sus habitantes, haciendo ver a todos los ciudadanos igualmente franceses. Una doctrina que en vez de prevenir la discriminación, alimenta la división contra quienes lucen, viste u oran de manera distinta a la cristiana.

    Es por ello que los musulmanes están desproporcionadamente representados en los barrios más pobres y marginados del país, así como en sus cárceles. Esto ha engendrado que muchos vean Francia como una tierra pecadora e irrespetuosa hacia las tradiciones islámicas, originando también el racismo en contra los inmigrantes que alguna vez enriquecieron al Imperio Francés.

    Si bien los recientes ataques extremistas que sacudieron al país fueron perpetrados por personas nacidas en el extranjero, jóvenes nacidos en Francia estuvieron detrás del peor derramamiento de sangre de los últimos años, muchos de ellos vinculados al Estado Islámico.

  • La huella militar

    Francia mantiene un activo rol en sus antiguas colonias, especialmente en materias económicas y culturales, pero también desplegando tropas militares.

    Sus fuerzas militares han intervenido en contra de extremistas islámicos de Malí y Siria, que han estado ubicados en antiguos territorios franceses. Asimismo, otros miles de soldados se han trasladado a la región africana de Sahel con la misma misión.

    Su presencia militar alimenta los llamamientos rutinarios para que el Estado Islámico, Al-Qaeda y otros extremistas tomen represalias en suelo francés, con la esperanza de obligar a Francia a retirar sus fuerzas.

  • El estricto secularismo

    Gran parte de la ira actual se debe a la reciente reedición de caricaturas que representan al profeta Mahoma, en el semanario satírico Charlie Hebdo. Estas imágenes del fundador del Islám se publicaron originalmente en Dinamarca en 2005, y se han publicado en otros países que aprecian la libertad de expresión. Sin embargo, ofendieron profundamente a muchos musulmanes quienes las ven como sacrílegas.

    Si bien los funcionarios franceses a menudo dicen que su país es un objetivo debido a su reputación como la cuna de los derechos humanos y una muralla de la democracia global, lo que más distingue a Francia es su inusual apego al secularismo.

    El concepto a menudo mal entendido del laicismo francés está inscrito en la constitución del país. Nació en una ley de 1905 que separaba la Iglesia y el Estado, la cual estaba destinada a permitir la coexistencia pacífica de todas las religiones bajo un estado neutral, en lugar de un gobierno que respondiera a los poderosos clérigos católicos romanos. En un momento dado, en Francia, los crucifijos fueron arrancados de las paredes de las aulas en medio de un doloroso debate público.

    Un siglo después, las encuestas sugieren que Francia se encuentra entre los países menos religiosos del mundo, con una minoría que asiste regularmente a los servicios. Un secularismo apoyado políticamente, tanto por izquierda como de derecha.

    En esta línea, a medida que crecía el número de musulmanes en Francia, el Estado impuso reglas seculares sobre sus prácticas. Por ejemplo: en 2004 una normativa prohibió los pañuelos musulmanes y otros símbolos religiosos ostentosos en las escuelas. Otra ley en 2011 prohibió los velos faciales, haciendo que la comunidad islámica se sintiera nuevamente estigmatizada.

  • Qué ha dicho Macron

    Francia ha sido golpeada por ataques extremistas en las últimas décadas bajo líderes de todo el espectro político, pero el Presidente centrista Emmanuel Macron es un objetivo particularmente popular. Los manifestantes quemaron su retrato y lo pisotearon en varias protestas que estallaron esta semana alrededor del globo.

    Ésto se debe en parte a una ley que Macron planea introducir para reprimir a los fundamentalistas islamistas que, según él, están volviendo a algunas comunidades contra el Estado y amenazando a los pilares de la sociedad francesa, incluidas las escuelas. A raíz de los recientes ataques extremistas, su gobierno expulsó a musulmanes acusados de predicar la intolerancia y clausuró grupos que se consideraba que socavaban las leyes o normas francesas.

    Las palabras que usó el presidente también generaron indignación. Dijo que la ley planificada tenía como objetivo el “separatismo” islamista, lo que generó temores de una mayor alineación de los musulmanes franceses.

    En un homenaje a un maestro decapitado por mostrar caricaturas del profeta a su clase, Macrón pronunció un discurso ensalzando la tolerancia, el conocimiento y la libertad religiosa. Pero provocó ira, incluso del Presidente de Turquía, al decir “no renunciaremos a las caricaturas” y que Francia debería “menospreciar a los islamistas”.

    Anteriormente, Macron describió al Islám como “una religión que está en crisis en todo el mundo”, con posiciones “endurecidas” en muchos países musulmanes.

    A medida que han aumentado los pedidos de protestas anti-francesas, tuiteó: “No nos rendiremos, nunca”.

Contenido: AP | Diseño: Johanna Mellado, Emol.
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