La noche del lunes, el Presidente de Brasil,
Jair Bolsonaro, confirmó lo que era un secreto a voces: la salida del general
Eduardo Pazuello como ministro de Salud, poniendo en su lugar al cardiólogo
Marcelo Queiroga, quien tendrá como misión enfrentar el covid-19, que tiene al país sudamericano en el segundo lugar planetario de contagios y muertes.
Queiroga se convierte así en la cuarta persona en liderar la entidad sanitaria desde el inicio de la pandemia en Brasil, después de Luiz Henrique Mandetta, Nelson Teich y el ya mencionado Pazuello, lo que demuestra lo complicado que ha sido para el Gobierno la crisis que ha desatado una serie de críticas desde la oposición.
Pero este no ha sido el único cambio de ministros de Salud en la región. Desde la llegada del covid-19 en marzo del año pasado, l
a gran mayoría de los gobiernos sudamericanos han registrado crisis -unas más severas que otras- que han concluido con la remoción de la máxima autoridad sanitaria, algunas de ellas alimentadas por una gran polémica.
Al analizar la situación, la realidad es clara: sólo Colombia, Uruguay y Venezuela han mantenido sus titulares de Salud de antes de la pandemia, mientras que el resto ha cambiado a sus funcionarios, algunos más de una vez, como Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador.
Tras la sombra de Bolsonaro
La situación de Brasil es una de las más llamativas. El país recibió la pandemia en 2020 con Luiz Henrique Mandetta al mando del Ministerio de Salud. Este médico de profesión integraba el Gobierno de Jair Bolsonaro desde su asunción el 1 de enero de 2019. Con la llegada del covid-19, tomó un rol protagónico que muchas veces chocó con el estilo del Mandatario, llegando incluso a superarlo en popularidad.
Así, mientras Mandetta abogaba por el distanciamiento social y el uso de mascarillas, el Presidente brasileño no se cansaba de minimizar la pandemia, tratándola de
"gripecita", al mismo tiempo que promovía el uso de la
cloroquina para tratar el coronavirus, pese a no tener el aval científico.
Según reportaron medios locales, fue este último punto el que terminó por distanciar completamente a ambas figuras. El ministro exigía poder imponer sus términos en la batalla contra el covid-19, siendo finalmente destituido el 16 de abril de 2020.
Asumió en su lugar el médico oncólogo Nelson Teich, quien sólo duró 29 días como ministro de Salud. Al igual que su antecesor, las diferencias con Bolsonaro eran irreconciliables, marcadas una vez más por el uso de la cloroquina y también por la implementación de cuarentenas.
Un día después, el 16 de mayo de 2020, el general
Eduardo Pazuello, con un destacado currículum pero nula experiencia en salud, se convertía en el sucesor de Teich. Su elección fue interpretada por los críticos del oficialismo como un mensaje del Presidente brasileño de que se hará lo que él diga. Diez meses después, el uniformado deja la cartera dando paso a
Marcelo Queiroga.
Las razones de su salida aún se desconocen, aunque medios locales especulan que el Gobierno buscaría darle un perfil más técnico, pero sin dejar de dar las órdenes.
Salidas con polémica
Perú fue el primer país de la región en cambiar de ministro de Salud durante la pandemia. Lo hizo el 20 de marzo de 2020, catorce días después de la llegada del covid-19 a la nación vecina. El entonces Presidente Martín Vizcarra ordenó la destitución de Elizabeth Hinostroza, duramente cuestionada por la escasa preparación que tuvo el sistema de salud público.
La profesional fue reemplazada por el experimentado médico Víctor Zamora, quien dejó el cargo el 15 de julio, después de que el Mandatario cambiara a más de la mitad de su gabinete. Asumió la cartera de Salud la doctora Pilar Mazzetti, mientras seguían las cuestionamientos por la gestión ante la pandemia.
Llegó noviembre y el Presidente Vizcarra fue destituido por el Congreso, lo que desató una profunda crisis política. Mazzetti, no obstante, permaneció en el cargo, ahora con
Francisco Sagasti como gobernante.
La profesional, sin embargo, dijo adiós al Gobierno el 13 de febrero después de que el propio Vizcarra admitiera que tanto él como su esposa recibieron vacunas de ensayo de la china Sinovac. El escándalo provocó la renuncia de la ministra de Salud, quien también recibió el fármaco de manera anticipada junto a un selecto grupo de funcionarios, políticos y empresarios de Perú, además de sus familias.
La cabecera del Ministerio de Salud fue tomada por el doctor Óscar Ugarte, quien ya ostentara este cargo entre los años 2008 y 2011, durante el Gobierno de Alan García.
Entre escándalos y críticas
Ecuador es otro país que ha tenido al menos tres ministros de Salud durante la pandemia. La primera en dejar el cargo fue la doctora Catalina Andramuño, quien renunció el 22 de marzo de 2020 acusando poco apoyo por parte del Gobierno de Lenín Moreno.
Andramuño fue reemplazada por el también médico Juan Carlos Zevallos. Al igual que su antecesora, el ahora ex ministro dejó el cargo de manera anticipada, el 26 de febrero de este año, pero salpicado por un escándalo de vacunaciones irregulares contra el covid-19, luego de que se supiera que su madre y otros familiares fueron inoculados antes de tiempo.
En
Chile, en tanto, el ministro
Jaime Mañalich dejó la cartera de Salud el pasado 13 de junio. Era su segunda experiencia en el cargo, tras haber participado en el primer gobierno de Sebastián Piñera. Esta vez, debió salir anticipadamente, en medio de cuestionamientos por su gestión y sus desencuentros con los gremios de la salud. Fue reemplazado por el doctor
Enrique Paris.
Otro que dejó el Gobierno en medio de la polémica fue el argentino Ginés González García, uno de los hombres más cercanos al Presidente Alberto Fernández, que renunció a raíz del escándalo de las "vacunaciones VIP", donde cerca de un centenar de figuras de la política, los negocios y el espectáculo fueron inmunizados contra el coronavirus saltándose los protocolos respectivos. Su puesto fue ocupado por la médica infectóloga Carla Vizzotti.
Más recientemente, el 5 de marzo de este año, Julio Mazzoleni dejó de ser ministro de Salud de Paraguay, en respuesta a las masivas manifestaciones en contra del Presidente Mario Abdo Benítez por su gestión ante la pandemia, que implica la escasez de medicamentos y el colapso de los hospitales. Su cargo fue ocupado por Julio Borba.
El caso de
Bolivia, por su parte, es bastante particular, con cambio de Gobierno incluido. El 20 de mayo, la entonces Presidenta interina
Jeanine Áñez destituyó al ministro de Salud
Marcelo Navajas por su presunta responsabilidad en la compra sobrevalorada de 179 ventiladores mecánicos destinados a combatir la emergencia sanitaria por el covid-19.
La destitución del doctor Navajas ocurrió luego de que se supiera que el país altiplánico adquirió los ventiladores por 27.683 dólares cada uno, pero luego se conoció que la empresa los ofrece por entre 9.500 euros y 11.000 euros (10.312 dólares a 11.941 dólares). La transacción total costó casi cinco millones de dólares que fueron financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El médico fue reemplazado por la hasta ese momento viceministra de Salud, la doctora Eidy Roca, quien dejó el cargo tras la llegada del Presidente Luis Arce, que designó Edgar Pozo. Este último debió abandonar el Gobierno por motivos de salud, siendo sustituido en enero por Jeyson Azua.
