El partido del presidente francés Emmanuel Macron (centro) digería este martes el golpe asestado por la oposición, que el lunes por la noche decidió suspender el debate sobre el proyecto de ley para transformar el actual pasaporte sanitario en un pasaporte de vacunación.
Sin embargo, el debate se reanudará este martes por la noche, según indicaron fuentes parlamentarias.
El lunes, la cámara baja de la
Asamblea Nacional estaba debatiendo la instauración de
un pasaporte sanitario consistente en una pauta de vacunación completa para asistir a eventos, restaurantes o viajar en trenes interurbanos, en lugar del actual pase, que incluye la posibilidad de presentar un test negativo reciente al covid-19 o haber superado recientemente la enfermedad.
Pero cuando el gobierno pidió a los diputados continuar debatiendo el proyecto más allá de medianoche, para asegurarse de que la ley podría aprobarse esta semana, el partido Los Republicanos (LR, conservador), junto con la extrema derecha y la izquierda radical decidieron suspender el debate.
La decisión colocó al partido de Macron, La República en Marcha (LREM), en una posición delicada: como no tenía a todos sus diputados en el hemiciclo durante la votación, pese a ser mayoría en el Parlamento, la iniciativa de la oposición salió adelante y el debate se suspendió.
Los medios franceses apuntaron que la decisión sorpresa de LR, que ha respaldado el grueso de la legislación, es un indicio de la creciente tensión política en el país de cara a las elecciones presidenciales del próximo abril, para las que Macron se perfila como favorito.
El portavoz del gobierno,
Gabriel Attal, apuntó que, con esa maniobra, la oposición quería "arruinar el calendario" de implementación del pasaporte de vacunación por razones puramente políticas.
"Haremos todo lo posible para ceñirnos al calendario fijado", declaró el portavoz a la radio France Inter. El gobierno quiere que la ley esté aprobada para el 15 de enero.
El suceso puso en evidencia las flaquezas de LREM, un partido que no ha logrado construir una base sólida desde el ascenso meteórico de Macron a la presidencia en 2017.