Largas filas se registran en el mundo con el fin de solicitar un examen PCR ante el aumento de contagios.
AP/ Referencial
El último informe epidemiológico realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que la variante Ómicron ya es dominante del mundo con casi 60 % de casos registrados.
Según el análisis, esta nueva cepa sudafricana ha tenido un ascenso desbordado en los últimos días y supera por mucho a la variante Delta, que fue la dominante durante todo 2021. En esa línea, Ómicron pasó de 1,6 % de casos a 58,5 % en solo dos semanas, acorde con la OMS.
A su vez, el informe epidemiológico muestra que de los más de 357.000 análisis realizados por la red global de laboratorios GISAID en los últimos 30 días, en más de 208.000 fue detectada la variante Ómicron.
Por otro lado, 147.000 personas testeadas, es decir, un 41% correspondieron a la variante Delta, que en el anterior resultado de hace semanas aún concentraba un 96% de los casos y fue la principal variante dominante durante gran parte del año 2021.
Respecto a su viralización por continente y de acuerdo con el reporte, el mayor número de contagios por Ómicron se registra en las regiones del sur de Asia, donde los casos positivos aumentaron 418%; por su parte, en Asia Oriental se registró un aumento del 122 %.
En lo que respecta a América, el porcentaje de aumento fue del 78%, en Oriente Medio fue del 86%, en Europa fue de 31 % y en África solo hubo 11 % en las pasadas dos semanas. En cuanto al porcentaje de fallecimientos, la OMS aseguró que no hay mayores reportes de aumentos, ya que del 3 al 9 de enero solo creció 3 % el número de muertes por la variante.
Bajo ese contexto, el informe destaca que Ómicron es capaz de "evadir la inmunidad", ya que existe transmisión incluso entre vacunados y personas que habían superado con anterioridad la enfermedad y habían desarrollado anticuerpos.
Además, en otro informe de la OMS publicado también hoy, se concluyó que los riesgos sanitarios que presenta la variante Ómicron siguen siendo "muy altos", ya que puede producir un aumento en las hospitalizaciones y muertes en poblaciones vulnerables.
