Redadas de madrugada. Los militares detienen a Suu Kyi y sus principales aliados en redadas de madrugada antes de la constitución del nuevo parlamento.
Los generales denuncian fraude en las elecciones de noviembre de 2020, ganadas de forma abrumadora por el partido Liga Nacional para la Democracia de Suu Kyi.
Se produce una condena global, desde el papa Francisco al presidente estadounidense Joe Biden.
El descontento popular emerge con enormes manifestaciones el fin de semana del 6 y 7 de febrero pidiendo la liberación de Suu Kyi.
Cientos de miles de personas participaron en las semanas siguientes en protestas en ciudades y pueblos de todo el país.
Los trabajadores inician una huelga nacional. Al día siguiente, una mujer de 19 años recibe un disparo en la cabeza cuando la policía abre fuego contra los manifestantes en Naipyidó.
Estados Unidos anuncia sanciones contra varios dirigentes militares, entre ellos el jefe de la junta Min Aung Hlaing. Después llegarían más sanciones de Reino Unido y la Unión Europea.
Represión. Mya Thwate Thwate Khaing, la mujer tiroteada diez días antes, muere el 19 de febrero y se convierte en símbolo nacional de la oposición al golpe.
La represión violenta se endurece y el 11 de marzo Amnistía Internacional anuncia que ha documentado atrocidades de los militares, incluyendo el uso de armas de combate contra manifestantes indefensos.
Un día después, un experto en Myanmar de Naciones Unidas acusa a la junta de crímenes contra la humanidad.
Más de 100 civiles mueren en el Día de las Fuerzas Armadas, jornada que los militares suelen emplear para demostrar su fuerza. Es el día más mortífero desde el golpe.
El mes siguiente, diputados civiles en la clandestinidad anuncian la formación de un "gobierno de unidad nacional" en la sombra.
Ola de covid. Las infecciones de coronavirus se disparan desde finales de junio, con mucho personal médico prodemocracia en huelga y parte de la sociedad evitando acudir a los hospitales controlados por los militares.
La gente desafía los toques de queda para buscar botellas de oxígeno para sus familiares y voluntarios asumen la tarea de cargar a las víctimas para ser incineradas.
Catástrofe económica. El Banco Mundial augura una contracción económica del 18% en 2021 debido al golpe y la pandemia, y una duplicación de la tasa de pobreza respecto a los niveles de 2019. A fin de mes, la junta cancela los resultados de las elecciones de 2020, asegurando que hubo 11 millones de votos fraudulentos.
Seis meses después del golpe, el jefe de la junta Min Aung Hlaing dice que habrá nuevas elecciones en agosto de 2023.
Suu Kyi es condenada a cuatro años de cárcel por incitación contra los militares y saltarse las regulaciones anticovid. Posteriormente, la pena es recortada a dos años. Desde junio que había sido juzgada por un tribunal de la junta, enfrentando a un amplio abanico de acusaciones.
La víspera de Navidad, al menos 35 personas son asesinadas en el Estado de Kayah. Sus cuerpos son calcinados y se acusa a militares de esta masacre.
Los combates entre el ejército y los rebeldes se intensifican en esta región y provocan miles de civiles desplazados. Algunos encuentran refugio en Tailandia.
Suu Kyi recibe otros cuatro años de cárcel por importación y posesión ilegal de walkie-talkies y vulneración de las medidas sanitarias.
La líder civil sigue en arresto domiciliario en Naipyidó mientras es juzgada por otras acusaciones que pueden merecer largas condenas de cárcel.
A finales de enero, la exdirigente es acusada de otros cinco cargos, vinculados a presuntos delitos de corrupción. También está acusada de presionar a la comisión electoral durante los comicios de 2020.
A finales de enero y debido a las "violaciones de los derechos humanos", el francés TotalEnergies, el estadounidense Chevron y el australiano Woodside anuncian que salen del país.
La ONU anuncia el 31 de enero que investiga posibles crímenes contra la humanidad en Myanmar. Estados Unidos pide nuevas sanciones dirigidas contra los más importantes responsables judiciales del país.