La Policía neozelandesa arrestó este jueves a 120 manifestantes que se oponen a la obligatoriedad de las vacunas, en el tercer día de una protesta "sin precedentes" que se inspira en los camioneros canadienses a las afueras del Parlamento de Wellington.
"Nunca hemos visto una ocupación de este calibre", dijo a periodistas el comandante de la Policía de Wellington, Corrie Parnell, al referirse a estas protestas, que incluyen el bloqueo de calles y la colocación de decenas de tiendas de campaña desde el martes en los exteriores del Parlamento.
En la jornada,
la Policía, que había arrestado inicialmente a más de 50 activistas,
usó gas pimienta para controlar a la turba en una serie de incidentes en la que resultaron heridos dos agentes, así como algunos manifestantes, aunque ninguno de ellos de gravedad.
Las personas arrestadas, a las que se les notificará formalmente que han entrado en los terrenos del Parlamento,
se enfrentan a cargos como allanamiento y obstrucción, y serán puestos en libertad bajo fianza para comparecer ante el tribunal.
Parnell anunció que ya cuenta con "150 refuerzos adicionales" que se sumarán a los 900 agentes de Wellington, número que aumentará en los próximos días.
El dispositivo policial se da en respuesta al "Convoy 2022 NZ" que ha movilizado a centenares de personas de todas partes del país para
protestar en la capital neozelandesa
contra la obligatoriedad de las vacunas contra el covid y pedir que se restauren las libertades perdidas durante la pandemia, entre otras demandas.
La Policía advirtió hoy a los centenares de manifestantes que si no abandonan el lugar corren el riesgo de ser arrestados, aunque no hay señales de que esto sucederá.
Las autoridades de Wellington también han comenzado a multar a los vehículos estacionados ilegalmente en el Parlamento, así como en las inmediaciones del Monumento a la Guerra.
A lo largo de esta jornada, algunos manifestantes han respondido con insultos, las danzas haka (ritual tradicional maorí de desafío) y lanzando objetos a los agentes, según Radio New Zealand.
La víspera, los manifestantes intentaron traspasar el cerco formado por un centenar de agentes policiales para entrar en la explanada del Parlamento del país oceánico, lo que provocó tres arrestos.
Nueva Zelandia, cuyo gobierno implementó una de las estrategias contra el covid-19 más estrictas del mundo con confinamientos con pocas infecciones y el cierre de las fronteras internacionales,
acumula unas 18.500 infecciones de covid-19 y 53 fallecidos, y tiene a un 94 % de la población diana con la pauta completa.
El Gobierno de la laborista Jacinda Ardern, que fue aplaudida mundialmente al inicio de la pandemia por su gestión del covid-19,
anunció la semana pasada la reapertura escalonada de las fronteras internacionales, lo que incluirá a los turistas extranjeros entre julio y octubre.