Ucrania colinda con siete países fronterizos: Rusia al norte y el este, Bielorrusia en el norte, Polonia y Eslovaquia al oeste y Rumania, Hungría y
Moldavia en el suroeste. Entre todos ellos, albergan a cerca de 1,7 millones de ucranianos que buscan ser acogidos, acorde con lo informado hoy por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En detalle, según informó la agencia de la ONU, de esa cifra más de un millón se encuentran en la vecina Polonia. En tanto, Hungría ha recibido 180.000 refugiados ucranianos, Eslovaquia 128.000, Rumania 79.000 y Moldavia 82.000, a los que hay que sumar unos 53.000 que han huido a Rusia.
Sin embargo, de todas las naciones a las que han huido los ucranianos, hay una que ha llamado la atención de la comunidad internacional, debido a que ha solicitado ayuda humanitaria y a que también se encuentra "preocupada" ante una posible invasión rusa. Se trata de Moldavia, un país de Europa Oriental y una antigua república soviética, en la cual habitan cerca de 2.597.100 personas, según el censo de 2021.
Chisináu, es la capital de Moldavia, reconocido como el tercer país más pobre de Europa, después de Ucrania y Armenia. Aquella ciudad, en particular ha sufrido la contingencia que está marcado al mundo en los últimos meses y años, pues pasó de ser la principal atracción turística a un centro sanitario para acoger a los enfermos de covid-19 y es ahora el alojamiento improvisado para refugiados procedentes de Ucrania.
Las autoridades de Chisináu pusieron a disposición de las organizaciones locales diversos espacios para la acogida de los más de 80 mil refugiados que han ido cruzando desde el 24 de febrero en que comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Una cifra que aumenta por miles cada día y que incluso podría ser mayor a la informada.
Según han reportado medios internacionales, hacia Moldavia ingresan los ucranianos por los nueve puntos de entrada funcionales entre ambos países, quienes llegan en vehículos y a veces a pie con niños, cargados con sus maletas y acompañados e incluso por sus mascotas. Situación que ha significado que las autoridades locales deban pedir ayuda a otros países.
De acuerdo con lo consignado por El País, la crisis de desplazados ha sido contestada con una avalancha de solidaridad, los vecinos donan comida y ropa, lo que pueden o tienen; diversas empresas han suministrado las duchas, camas e incluso tiques con 200 leus (10 euros) para gastar en comercios de la ciudad, donde descansan la mayoría de los desplazados.
Es más, hoy el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, anunció la entrega de cerca de 100 millones de euros en "ayuda humanitaria inmediata" para Ucrania y Moldavia en forma de comida, agua, material médico y material para dar refugio a los miles de desplazados.
Se trata de aumentar las capacidades para hacer frente a los movimientos de refugiados en Ucrania y también en Moldavia, un país que no forma parte de la Unión Europea (UE), que "se siente amenazado" con la invasión rusa y que "necesita apoyo económico y político", explicó Borrell.
Apoyo político
La ayuda económica no es la única que ha pedido Moldavia, pues durante la semana pasada, las autoridades solicitaron oficialmente ingresar a la Unión Europea ante el "miedo" de que la ofensiva rusa también se ampliara hasta su territorio. Esto, en gran parte, debido a que al interior de este país también hay regiones separatistas, al igual que en Ucrania.
Transnistria, es una ciudad separatista prorrusa dentro del territorio de la República de Moldavia y que tiene frontera con Ucrania, ha pedido que se reconozca su independencia, después de que Moldavia solicitara formalmente el pasado jueves entrar en la Unión Europea, reviviendo el fantasma de lo ocurrido con Donetsk y Lugansk, previo al inicio de la invasión.
"En estas nuevas circunstancias, incluyendo las creadas por las acciones de los líderes moldavos, pedimos a la parte moldava que inicie un diálogo con Transnistria" para conseguir "la coexistencia en buena vecindad de dos Estados independientes", se lee en un comunicado publicado el jueves por el "Ministerio de Exteriores" de este territorio reconocido como una "unidad territorial autónoma con un estatus jurídico especial".
En el mismo texto, las autoridades de la autoproclamada independiente Transnistria reprochan al Gobierno moldavo por haber tomado una "decisión geopolítica" que alterará las "esferas de influencia" en la región, al pedir el ingreso en la UE. Además, reclaman no haber respetado los mecanismos de diálogo auspiciados por la comunidad internacional para resolver este conflicto.
82 mil ucranianos estarían refugiados en Moldavia.
Esta situación alcanzó un nuevo peldaño hoy, ya que los países de la Unión Europea acordaron iniciar el proceso para que Ucrania, Moldavia y Georgia se puedan convertir, en un futuro, en miembros de la comunidad internacional, tras la petición que estos tres países hicieron a Bruselas la semana pasada. Por lo que en los próximos días, estas tres naciones podrían alcanzar un estatus de "candidatos".
Todo, mantiene en alerta a los moldavos y a los líderes mundiales, debido a que se estima que Rusia tiene permanentemente en Transnistria unas 2.000 tropas, por lo que la invasión accionada por el Presidente Vladimir Putin ha aumentado el temor en el Gobierno moldavo a una intervención militar.
Por ello, Josep Borrell, viajó el miércoles pasado a Moldavia, para ofrecer apoyo a su Gobierno pro europeo, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, estuvo allí este fin de semana para respaldar su "soberanía e integridad territorial".