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Otro efecto de la guerra: El incierto futuro de la Estación Espacial Internacional en medio de las sanciones a Rusia

Separar el segmento estadounidense del ruso supondría un grave peligro ante la posibilidad de que la EEI pierda el control de su órbita y se estrelle contra territorio europeo, asiático o estadounidense.

28 de Marzo de 2022 | 16:22 | EFE / Publicado por Vicente Orellana
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AFP
El futuro de la Estación Espacial Internacional (EEI) actualmente se encuentra envuelto en una gran incertidumbre, debido a las sanciones que Occidente ha impuesto a Rusia por su ofensiva militar en Ucrania y el ultimátum dado por Roscosmos hasta el jueves a sus socios para que levanten las restricciones al sector espacial.

"El 31 de marzo es el último día que tienen la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA) para responder a nuestro requerimiento de que levanten las sanciones contra dos de nuestras empresas civiles"; TsNIIMash, de investigación de ingeniería mecánica, y el Centro Espacial de Cohetes Progress, señaló el director general de Roscosmos, Dmitri Rogozin.

La respuesta de los socios de Rusia formará la base de la decisión rusa sobre la disposición a prolongar la vida de la plataforma orbital internacional hasta 2030, al igual que sobre la reanudación de los vuelos conjuntos con la NASA.

De momento, el Gobierno ruso prevé participar en la EEI hasta 2024, con la intención de lanzar después su propia estación.

En opinión de Rusia, en la estación, que fue puesta en órbita en 1998 e iba a tener una vida útil de 15 años, habría que inyectar "un enorme monto de dinero" para repararla y evitar que se desintegre "en pedazos" antes de 2030.

Sanciones y contramedidas

Las sanciones occidentales impuestas a Rusia, actualmente suponen restricciones en la exportación de bienes y alta tecnología, y poseen la intención de debilitar sus sectores estratégicos, incluido el militar y su industria aeroespacial.

En respuesta, Rusia ha detenido la cooperación con los socios europeos para lanzamientos desde el cosmódromo de Kourou, en la Guayana Francesa; y dejó de suministrar motores para cohetes a EE.UU., además de exigir que los futuros contratos de Roscosmos se cobren solo en rublos.

Roscosmos además canceló el lanzamiento de satélites británicos de comunicación OneWeb, después de que la propia empresa, con el apoyo del Gobierno, cesará la futura puesta en órbita de sus aparatos con cohetes Soyuz desde el cosmódromo ruso de Baikonur, y firmará un acuerdo con SpaceX, la compañía de Elon Musk.

Rogozin ha estimado en 12.000 millones de dólares (10.938 milones de euros) el daño causado a Occidente por negarse Roscosmos a lanzar estos satélites y suministrar motores para vehículos de lanzamiento.

La EEI, ¿imposible sin Rusia?

Pese a las sanciones realizadas, Moscú considera que el perjuicio puede ser mucho mayor en lo que se refiere a la cooperación internacional en la EEI, que este año cumplirá 22 años de presencia humana.

La amenaza de que Rusia pueda retirarse del proyecto plantea una serie de preguntas, especialmente para EE.UU., según opinó Roscosmos.

Por su parte, la NASA ha reconocido que los intentos de separar el segmento estadounidense del ruso "supondría importantes desafíos logísticos y de seguridad dada la multitud de conexiones externas e internas, la necesidad de controlar la inclinación y la altitud de la nave espacial y la interdependencia del software".

Rogozin sostiene que es imposible controlar la EEI sin la participación de Rusia, ya que es el país responsable de la orientación de la estación y la previsión de colisiones peligrosas, así como del suministro del combustible y su cargamento.

Las correcciones de órbita de la plataforma orbital internacional y todas las propulsiones se hacen con los motores del módulo de servicio Zvezdá del segmento ruso o con las naves de carga Progress.

"Si bloquean la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la EEI de una salida descontrolada de su órbita y su caída sobre el territorio de EE.UU. o Europa?", preguntó recientemente el director general y antiguo periodista en un tuit.

"Existe la posibilidad de que esta estructura de 500 toneladas caiga sobre la India y China. ¿Las quieren amenazar con esa perspectiva? La EEI no vuela sobre Rusia, por eso todos los riesgos son vuestros. ¿Están preparados para eso? Señores, cuando estudien las sanciones, revisen a aquellos que las generan a ver si tienen la enfermedad de Alzheimer", declaró.

Alternativas estadounidenses a medias


Actualmente, la nave de carga comercial Cygnus de la compañía estadounidense Northrop Grumman es la única nave que "se encuentra en pruebas para proporcionar una capacidad limitada para futuras reactivaciones", ha afirmado recientemente la NASA.

Sin embargo, por ahora "no tiene la capacidad de reemplazar las funciones de control de inclinación de la estación espacial ni de efectuar propulsiones adecuadas para operaciones sostenidas a largo plazo", admitió.

Los socios de Rusia "intentarán crear un reemplazo para nosotros con sus naves de carga, con sus naves tripuladas, pero esto llevará años", advirtió Rogozin.

Hasta hace poco la nave rusa Soyuz era el único método de transporte para los astronautas de la NASA y otros internacionales tras abandonar EEUU en julio de 2011 su programa de transbordadores.

En mayo de 2020 llegaron los primeros astronautas a la plataforma orbital en la cápsula Crew Dragon de SpaceX. Y la NASA ha contratado a tres empresas para reabastecer la EEI: además de Northrop Gruman, SpaceX y Sierra Nevada.

EEUU también dispone de cohetes para los viajes a la EEI, como el Falcon 9 de SpaceX, Atlas-5 y Antares, pero en estos dos últimos casos Rusia ya no suministrá los motores utilizados para estos vehículos de lanzamiento.

El administrador de la NASA, Bill Nelson, ha dicho que EEUU seguirá cooperando con sus socios, incluida Rusia, para continuar las operaciones en la EEI.

El miércoles el astronauta Mark Vande Hei volverá a la Tierra a bordo de la nave rusa Soyuz MS-19.
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