"¡Yo no maté a Narumi!", reiteró este jueves durante su último interrogatorio ante un tribunal francés el chileno Nicolás Zepeda, procesado por el asesinato de su ex novia japonesa, cuyo cuerpo nunca fue encontrado, en diciembre de 2016.
El acusado, vestido con una camisa azul cielo y una corbata oscura, manifestó al inicio del interrogatorio su tranquilidad habitual, pero al final contestó a las preguntas a voz en grito y rompió a llorar.
Durante las cuatro horas de audiencia, Zepeda, de 31 años, respondió en castellano con traducción consecutiva y
se mantuvo firme en la defensa de su inocencia.
"¡Yo no maté a Narumi!", declaró ante los dos abogados de la parte civil y ante el fiscal, en un ambiente tenso, en el Palacio de Justicia de Besançon.
La abogada Sylvie Galley, que representa a la madre y la hermana menor de Kurosaki, solicitó que se proyectaran varias fotos de Narumi y apeló al amor filial y a la fe católica del encausado. En vano.
En la misma línea respondió Zepeda a su abogada,
Jacqueline Laffont, cuando esta le preguntó si "puede ayudar a encontrar" el cuerpo de Narumi, atendiendo a "la última esperanza de la mamá y la hermana" de la joven.
"¡Yo haré todo lo que pueda, yo no maté a Narumi, yo no sé donde está y yo también quiero saber (dónde se encuentra)!", contestó.
"Celos"
Narumi Kurosaki, de 21 años, que realizaba un intercambio universitario en Besançon, desapareció el 4 de diciembre de 2016 y su cuerpo nunca fue encontrado.
Zepeda aseguró que viajó desde Chile a fines de noviembre y que el 4 de diciembre de ese año se reencontró con ella. Según su versión, pasaron juntos cerca de 30 horas en la habitación de la residencia universitaria de la joven y cuando la dejó, el 6 de diciembre de madrugada, ella se encontraba en perfecto estado de salud.
Zepeda, acusado de haberla matado y escondido su cuerpo, motivado por los "celos", niega los cargos, pasibles de cadena perpetua.
Varios testigos aseguran que el 4 de diciembre hacia las tres de la madrugada se escucharon "golpes" y unos "espantosos gritos" de mujer en la residencia universitaria. Zepeda, un ingeniero comercial, afirma que ni él ni su ex novia escucharon nada.
Cuando el juez Matthieu Husson le volvió a preguntar qué estaba haciendo esa noche, el acusado, tras pedirle que le aclarara "a qué noche se refería exactamente" -provocando un cierto revuelo en la sala- se limitó a decir: "Yo ya contesté a esa pregunta, estaba durmiendo".
"Insinuaciones"
Desde que empezó el juicio, el 29 de marzo, Zepeda ha mantenido sus negativas, afirmando "no recordar" o "reconocer" los testimonios en su contra, respondiendo a preguntas con otras preguntas o aludiendo a fallos en la "interpretación" de las declaraciones.
Cuando su abogada planteó si en el encuentro se pudo dar "una pelea", considerando que Zepeda había acusado a su ex novia de tener "relaciones demasiado cercanas con algunos chicos", el procesado afirmó que su letrada "insinúa cosas".
"Yo no insinúo nada, yo planteo preguntas", le cortó Laffont. "Yo sé lo que usted dice, lo que nos dice a todos, pero (...) le pregunto si quiere decir algo distinto", añadió.
"Hay muchas cosas que se me pueden reprochar, yo trato de hacer bien las cosas pero a veces me equivoco", exclamó en tono implorante el chileno. "¡Pero yo no maté a Narumi!" dijo cuatro veces seguidas, rompiendo a llorar y reiterando: "¡yo también quiero saber!".
Los alegatos de los abogados y los requerimientos empezarán este lunes y el martes llegará el veredicto, según el programa oficial.