Después de diez audiencias, este martes finalmente se conocerá el veredicto del juicio contra el chileno
Nicolás Zepeda, acusado del asesinato y desaparición de la joven
Narumi Kurosaki en 2016, en la ciudad francesa de Besançon. El proceso, que ha sido seguido con atención en el país europeo, Chile y Japón (país de origen de la víctima),
llega a su fin dejando una serie de episodios que han dejado diversos comentarios, entre testimonios, acusaciones y declaraciones de las familias involucradas.
La historia ya tiene sus años y parte el 4 de diciembre de 2016, último día en el que se vio con vida a Kurosaki, quien entonces tenía 21 años y se encontraba estudiando francés en Besançon. Ese día, la joven se encontró con su ex pareja, el chileno Zepeda, con quien fue a cenar a un pueblo cercano. Tras ello, regresaron a la residencia universitaria en la que ella vivía, donde pasaron juntos cerca de 30 horas, hasta que él se fue. Después de eso, no se supo nunca más de la estudiante asiática.
Encendidas las alarmas, comenzó la búsqueda de la joven, mientras las autoridades locales solicitaban la detención y posterior extradición de Zepeda, quien ya había regresado a Chile después de un periplo que lo llevó por otras ciudades francesas y por Barcelona.
Tras un largo proceso, el chileno de actuales 31 años fue extraditado al país europeo en 2020 y desde entonces se encuentra en prisión preventiva, a la espera del juicio y posterior veredicto de este martes. La fiscalía ya pidió la pena de presidio perpetuo, al considerar que no hay dudas de que el acusado mató a su ex pareja, cuyo cuerpo jamás se halló.
El juicio comenzó el lunes 29 de marzo con la primera declaración de Nicolás Zepeda: "Quiero claramente decir que yo no maté a Narumi, yo niego con toda mi fuerza los cargos que se me reprochan", indicó, agregando que "tengo presente a Narumi en mis pensamientos, la inmensa pena de su familia, de su mamá, no hay día que pasa que yo no los tenga presentes".
A eso le siguieron una serie de declaraciones por parte de las partes acusadoras y la defensa, testimonios de testigos y la familia de la víctima y detalles sobre la personalidad del acusado, que dieron que hablar y que claramente buscaban influir en el fallo de este martes.
Las pruebas
Durante todos estos días, tanto la Fiscalía como los abogados particulares de la parte querellante -representando a la familia Kurosaki por un lado, y a la pareja de Narumi al momento de su desaparición, Arthur del Piccolo, por el otro- presentaron varias pruebas para demostrar que Nicolás Zepeda tuvo que ver con la desaparición de la joven japonesa.
Ya en la segunda audiencia el inspector a cargo de la investigación, David Borne, mostraba unos mensajes en japonés que fueron enviados a la familia de Narumi, supuestamente escritos por la joven, en el que les comunicaba que tomaría un viaje en tren e iba a estar desconectada. Estos textos, aseguró el investigador, tenían inconsistencias y habrían sido escritos por el acusado, después de haber pedido ayuda a dos estudiantes japonesas.
Zepeda, según la acusación,
también habría suplantado a la víctima en Facebook, lo que se comprobó al analizar una dirección de IP que fue utilizada por la cuenta de Google del chileno el 10 de diciembre de 2016 mientras estaba en Barcelona, ciudad de donde viajó de regreso a Chile. Asimismo, los investigadores comprobaron que la cuenta de correo electrónico de la víctima estaba sincronizada en Santiago de Chile.
Esto se tocó con más profundidad en la audiencia del 1 de abril. En aquella ocasión, la policía explicó que mediante la geolocalización logró ubicar los dispositivos móviles del chileno y su ex pareja en el mismo lugar tras la desaparición de ella. "Todo esto no es por casualidad. Son elementos materiales objetivos, que determinan la participación activa de Nicolás Zepeda en la desaparición de Narumi", explicó el comandante de policía Christophe Touris.
Por otro lado según Julie Benedetti, una de las abogadas defensoras, "en la investigación, un determinado número de direcciones IP de las cuentas de Narumi no se sitúa con las de Zepeda", especialmente las que se ubican desde Japón.
Testimonios
Durante la audiencia también hubo testimonios que inculparon a Zepeda. Uno de ellos fue el de Rachel Roberts-Hope, quien vivía en el mismo piso que Narumi y, aseguró, unos días antes de la desaparición de la joven había visto "a un hombre sospechoso escondiéndose en la cocina" de la residencia universitaria, relato que fue corroborado por otras dos personas. Al ver fotos proporcionadas por la policía, identificó a este hombre como Nicolás Zepeda. "Mi corazón se aceleró, me puse a llorar" en ese momento, explicó.
Rachel Roberts-Hope, asimismo, remarcó que en la noche del 4 de diciembre de 2016 "a las tres de la mañana aproximadamente escuché unos espantosos gritos de mujer".
Al oír los chillidos, "tuve mucho miedo, cerré mi puerta y apagué la luz de mi habitación", señaló la escocesa, admitiendo que "lamenta" no haber "avisado a la policía" en ese momento y haber esperado al 9 de diciembre para hacerlo.
Todos esos testimonios fueron desmentidos por el propio Zepeda, quien negó haber sido el sujeto que estaba en la cocina de la residencia. También rechazó ser el individuo captado por las cámaras de seguridad de la residencia, merodeando y haciendo fotos por la parte trasera del edificio. "Entré por primera vez (a la residencia) con Narumi", aseguró.
Consultado por los "espantosos gritos de mujer", el acusado afirmó que "yo no escuché absolutamente nada, estaba durmiendo".
El desconsuelo de una madre y el llanto del acusado
El juicio también estuvo marcado por el testimonio de la madre de la víctima, Taeko Kurosaki, quien entregó un emotivo relato que incluso sacó lágrimas en algunos de los presentes en la audiencia. "Desde hace más de cinco años, estoy destruida", remarcó la mujer, acompañada por una fotografía de su hija colocada sobre un atril.
La madre explicó que, tras conocer a Zepeda en Japón, la familia "lo acogió con los brazos abiertos", pero la desaparición de Narumi marcó todo. "Desde el día en que por fin entendí que él era el culpable, comprendí que nunca volvería a ver a mi hija", indicó, tras definir al acusado como "alguien que no cede hasta que consigue lo que desea".
"Teníamos planes de ir a Francia en febrero de 2017, habíamos comprado los pasajes y Narumi se había comprado los boletos de tren para unirse a nosotras", explicó. "Así que las (hipótesis) de la evaporación o la desaparición voluntaria de Narumi no son posibles en absoluto", afirmó.
Otro momento tenso fue el último interrogatorio a Zepeda el pasado 7 de abril.
El chileno terminó respondiendo las preguntas a los gritos y se puso a llorar. "¡Yo no maté a Narumi!", expresó.
"¡Yo haré todo lo que pueda, yo no maté a Narumi, yo no sé donde está y yo también quiero saber (dónde se encuentra)!", aseveró.
Actitud narcisista
Las dos últimas audiencias también fueron clave. En la del viernes pasado, un psiquiatra y una psicóloga describieron la personalidad de Nicolás Zepeda tras haberlo entrevistado. Así, lo definieron como una persona narcisista que busca "manipular a los demás".
"Podemos tener la impresión de tratar con una persona que nos manipula o que intenta hacerlo", aseguró el psiquiatra Jean Canterino.
"La mayoría de las veces, el manipulador manipulará en otro lugar, cuando su interlocutor se le resista. Pero a veces esto conduce a fenómenos de acoso. Y a veces incluso de violencia", dijo el médico, para luego remarcar que "muy claramente" el acusado tiene una "tendencia a intentar manipular a los demás".
Por su parte, la psicóloga Clara Cavignaux definió al chileno como un "individuo muy locuaz, lo suficientemente hábil para llevar a su interlocutor a donde quiere. Marcada búsqueda de control, de sí mismo y de los demás. Tendencia a lo que se llama dominancia social".
Mientras que este lunes, luego de pedir la cadena perpetua para Zepeda, el fiscal Étienne Manteau remarcó que el chileno "mató deliberadamente a su ex novia con premeditación" al no haber podido convencerla de retomar su relación sentimental.
En esa línea, el persecutor agregó que "la hipótesis más probable" es que el cuerpo de Narumi, asesinada por asfixia o estrangulamiento, fuera "sumergido en el (río) Doubs", en la misma región.
Esto puso el corolario a este juicio. El martes, se espera los últimos descargos de la defensa para luego dar pie al veredicto. Al menos tres países están expectantes.
