El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este martes a Rusia y Ucrania una tregua de cuatro días en sus combates coincidiendo con la Pascua ortodoxa, es decir, del jueves al domingo próximos.
Esta tregua, coordinada con el Comité Internacional de la Cruz Roja, serviría para evacuar civiles y propiciar la entrada de ayuda humanitaria en las poblaciones "más castigadas" del este ucraniano, principalmente Mariupol, Jersón, Donetsk y Lugansk.
El secretario general añadió -en declaraciones efectuadas en la sede de la ONU, con la famosa escultura de la pistola anudada tras él- que lo que llamó
"pausa humanitaria" está siendo comunicada en sus detalles a las partes, pero no dijo si ya ha recibido respuesta de los respectivos Gobiernos.
Sí dijo que el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, comunicó esta propuesta al Consejo de Iglesias de Ucrania -donde se sientan católicos, ortodoxos, musulmanes y judíos- y recibió su apoyo, pero no hizo ninguna mención a sus contactos con Rusia.
Consideró que el recrudecimiento de la ofensiva rusa en el este ucraniano representa "la negación del mensaje de Pascua, que es la celebración de la nueva vida".
"Cientos de miles de vidas están en juego (...) Silencien las armas", imploró.
En este momento -recordó- 12 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Ucrania, pero anticipó que esa cifra va a subir a 15,7 millones en breve, lo que representa el 40 % de la población que se ha quedado en el país pese a los combates.
Aunque fue preguntado por la posibilidad de que él mismo efectúe una misión a Ucrania y Rusia, no quiso responder a la pregunta.
El lunes, Griffiths dijo en una rueda de prensa que era pesimista sobre la posibilidad de un alto al fuego toda vez que las dos partes ni siquiera se sientan a conversar, y puso sus esperanzas en los esfuerzos de mediación que lleva a cabo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.