El legislador Daniel Silveira también fue destituido de su escaño en el Congreso.
EFE
El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, absolvió a un aliado condenado recientemente, lo que provocó
críticas de los adversarios que afirman que el presidente sobrepasó sus límites constitucionales y que, una vez más, socavó al Supremo Tribunal Federal (STF).
Con 10 votos a favor y uno en contra,
el STF condenó el miércoles al legislador Daniel Silveira por incitar ataques físicos contra los jueces del tribunal, así como a otras autoridades. También fue destituido de su escaño en el Congreso y le prohibieron postularse para cualquier puesto en las elecciones de octubre.
Bolsonaro dijo durante una transmisión en vivo
que su decisión, tomada la noche del jueves,
"es necesaria para que el país avance por los caminos determinados por la Constitución".
"La libertad de expresión es un cimiento básico de nuestra sociedad", aseguró el Mandatario brasileño. En su decreto,
insistió en que Silveira recibió una condena excesiva.
Los partidarios del Presidente le han pedido reiteradamente defender a Silveira de lo que consideran una persecución política.
El Mandatario ha tenido una relación problemática con los principales jueces del tribunal desde que ocupó el puesto en enero de 2019. Más recientemente, atacó a quienes dirigen la principal autoridad electoral del país, al afirmar, sin pruebas, que el sistema de votación electrónico del Brasil puede estar manipulado.
Bolsonaro va atrás del ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva en las primeras encuestas, y muchos políticos y analistas consideran sus confrontaciones con el tribunal y las autoridades electorales como un indicio de que no cederá la elección si pierde.
"Con las absoluciones, Bolsonaro únicamente ha transformado la institución en una desgracia institucional", tuiteó Ciro Gomes, quien ocupa el tercer puesto en las encuestas, con menos de 10%. "Intenta acelerar su camino hacia un golpe de Estado. Pero no tendrá éxito", agregó.
Gomes y otros políticos prometieron impugnar el decreto de Bolsonaro ante el Tribunal Supremo, bajo el argumento de que el Presidente no puede tomar dicha decisión basado en intereses personales.
