Esta tarde en Argentina, se llevó a cabo una multitudinaria marcha en la Plaza de Mayo, donde asistieron, según los organizadores, más de 100.00 personas ligadas a la industria agropecuaria, pidiéndole al Gobierno de Alberto Fernández que "le saquen las manos de encima".
La protesta se inició con un "tractorazo" que recorrió la avenida Del Libertador hasta la Casa Rosada, sede del gobierno argentino, donde leyeron una proclama: "No hemos venido hasta acá para pedir que nos den una mano sino para que nos saquen las dos de encima (...) No estamos dispuestos a seguir financiando la soga con la que nos ahorcan", dijeron.
"Lamentablemente no podemos
aprovechar los precios internacionales para seguir sosteniendo al país", se quejó Dario Magi, de 56 años y propietario de un tambo de gallinas y cerdos,
quien advirtió de la presión fiscal que soporta el sector agropecuario y pidió una rebaja impositiva.
Vale recordar que toda esta protesta comenzó un mes atrás cuando, frente a al “continuo embate del Gobierno” para con el sector, productores autoconvocados y entidades rurales de base acordaron realizar esta convocatoria en rechazo a sus políticas implementadas, como ser la fuerte presión impositiva hacia el sector agropecuario, la brecha cambiaria y los derechos de exportación. A diferencia de lo que sucedió en un acto el 9 de julio pasado, esta vez la Mesa de Enlace no fue de la partida; sus dirigentes consideraban que no era el momento de manifestarse.
La génesis de la jornada de este sábado comenzó desde muy temprano, cerca del Aeroparque Jorge Newbery, donde decenas de productores ya tomaban mate mientras alistaban una docena de tractores que habían llegado la tarde anterior, subidos en camiones camilla.
También, en el cruce de las rutas nacionales 9 y 8 con la 193, en Panamericana, casi al unísono, desde temprano el movimiento de camionetas particulares embanderadas comenzó a diligenciarse.
Pasado el mediodía, se juntaron ambas filas de manifestantes y comenzaron el recorrido a Plaza de Mayo. Con
bocinazos, pancartas y banderas, la caravana de tractores y camionetas avanzó a paso lento, mientras recibía un apoyo y aliento fervoroso de los vecinos.
"El campo representa la vida”, dijo una vecina que esperaba en la vereda de la avenida Del Libertador el paso de la movilización. “Aguante el campo", gritó otro vecino mientras aplaudía. "Vamos carajo", dijo una mujer desde un balcón mientras saludaba a quienes pasaban.
Mientras tanto, poco a poco, los alrededores de la Casa Rosada comenzaban a teñirse de celeste y blanco. También la temperatura subía lentamente. Allí, la gente coreaba cánticos folklóricos, aguardando la llegada de las columnas.
En la proclama el campo hizo énfasis en otros puntos. "No somos ciegos. Las necesidades existen. Pero las necesidades son infinitas y los recursos son limitados. No se puede seguir cargando al burro que mueve la noria y menos comérselo. Para repartir riqueza primero hay que crearla y la mejor manera de distribuirla es el trabajo libre donde los beneficios vuelven solos a la sociedad, sin necesidad de intervención estatal". Por último, el sector pidió que se acaben las mentiras: "Basta de mentiras, basta de opresión impositiva, basta de sarasa".
Tras la lectura del enunciado, muy lentamente la gente comenzó a desconcentrarse. Luego, un grupo de productores se retiró a Casa Rosada para hacer entrega en mesa de entradas de un proyecto de ley sobre retenciones cero. La iniciativa describe que “los derechos de exportación son un impuesto y que su tratamiento es facultad privativa del Congreso”, según lo dispuesto en el texto constitucional.
Entre los fundamentos le piden al Gobierno que se anime “a pensar un país sin retenciones, como se animan Paraguay, Uruguay y Brasil que no las tienen y se desarrollan sin derechos de exportación, sin inflación, sin múltiples tipos de cambio, sin desacople de los precios internacionales”.
"Fue una jornada gloriosa e inolvidable. ¡Y era el momento! La gente tenía ganas de manifestar su descontento y su enojo. Estamos muy satisfechos", resumió Walter Malfatto, uno de los productores encargados de la organización.