La detección de delfines en el Mar Negro en plena guerra de Ucrania ha puesto de relieve el uso desde hace décadas de mamíferos marinos por varios ejércitos y sobre todo los de Estados Unidos y Rusia.
El 27 de abril, el Instituto Naval de Estados Unidos (USNI, por su siglas en inglés) mostró fotos de satélite asegurando que a finales de febrero Rusia desplazó dos cercados para delfines en Crimea, coincidiendo con el lanzamiento de su ofensiva militar en Ucrania.
Esos dos recintos móviles estarían ahora en "la entrada del puerto de Sebastopol", base de la Flota Rusa del Mar Negro, fuera del alcance de los misiles ucranianos pero expuesta a actos de sabotaje submarino.
Ante esta amenaza, los delfines pueden tener un papel clave, evitando que "las fuerzas de operaciones especiales ucranianas se infiltren en el puerto bajo el agua para sabotear buques de guerra", subraya H.I Sutton, un especialista estadounidense en submarinos.
Los delfines tienen la capacidad de detectar buzos, minas u otras presencias potencialmente peligrosas, especialmente en aguas costeras poco profundas o en puertos con mucha actividad.
"El delfín tiene una capacidad de detección extraordinaria. Es un animal muy eficaz, especialmente para detectar nadadores de combate en aguas poco profundas", apunta una fuente militar occidental.
"Hay que tener en cuenta que el nadador de combate navega con oxígeno puro, no emite burbujas, no emite ruido, por lo cual para detectarlo se necesita un sonar activo, de ahí el interés del delfín", añade.
Sonda ultrasofisticada
Conscientes del potencial de estos mamíferos equipados con el sonar más sofisticado del mundo, Estados Unidos y Rusia iniciaron programas de entrenamiento de delfines con fines militares en la década de 1960.
"Cuando los servicios de inteligencia soviéticos se enteraron de lo que eran capaces de hacer los delfines estadounidenses en la década de 1960, nuestro ejército decidió interesarse por la cuestión", dijo a la AFP en 2016 el oficial ruso retirado Viktor Baranets.
En su base en Crimea, los delfines soviéticos fueron entrenados, entre otras cosas, para colocar explosivos en barcos enemigos y detectar torpedos abandonados y pecios en el fondo del Mar Negro, según Baranets.
El programa de mamíferos de la Armada de Estados Unidos, con sede en San Diego, probó por su parte una docena de especies de mamíferos marinos y finalmente solo retuvo dos, los leones marinos de California y los delfines mulares.
Estos últimos se estrenaron durante la guerra de Vietnam para detectar nadadores de combate y en la segunda guerra del Golfo realizaron operaciones de desminado.
Rusia podría estar tentada ahora de recurrir a los delfines, dado que Ucrania asegura haber hundido el buque ruso "Moskva" y destruido dos patrulleros rusos cerca de la Isla de las Serpientes.
No es la primera vez que Rusia utilizaría esta técnica de desplazamiento de los cetáceos.
En 2018, varios delfines de la flota rusa fueron desplegados en la base naval de Tartús, en Siria, según USNI, con recintos móviles "muy similares" a los que actualmente se encuentran en el puerto de Sebastopol.
Un año más tarde, el descubrimiento en Noruega de una beluga con un arnés con la inscripción "Equipo San Petersburgo" alimentó las sospechas de un posible uso militar por parte de los rusos.