Turquía, que comanda el segundo ejército más grande de la OTAN, está empujando por demandas de larga data para que Suecia -y en menor medida Finlandia- tomen medidas enérgicas contra entidades que Ankara dice que están vinculadas al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Al amenazar con bloquear la adición de las dos naciones nórdicas a la alianza militar, el gobierno turco también quiere que se termine su supuesto apoyo a las Unidades de Protección Popular (YPG), una milicia kurda en Siria.
El PKK es considerado una organización terrorista en Turquía, Europa y Estados Unidos. Ha liderado una insurgencia armada contra el estado de Turquía desde 1984, y el conflicto a causado la muerte de miles de personas. Turquía dice que el PKK y las YPG son lo mismo.
Turquía busca la extradición de sospechosos de terrorismo que se encuentran en Finlandia y Suecia. Los dos países que buscan entrar a la OTAN rechazan las acusaciones de que apoyen al PKK u otros grupos terroristas.
Otra demanda clave es levantar la restricción de la venta de armas que varios países europeos, incluyendo Suecia y Finlandia, impusieron a Turquía después de su incursión de 2019 en Siria para hacer frente a las YPG.
Merve Tahiroglu, coordinador del programa turco en el Proyecto sobre Democracia en Medio Oriente, dice que Erdogan cree que la OTAN necesita a Turquía, lo que lo pone en buena posición para negociar. "Ellos (los aliados de la OTAN) quieren demostrarle a Rusia que la OTAN está más unida que nunca y que incluso la Turquía de Erdogan no va a arruinarlo. Erdogan sabe que puede salirse con la suya", afirma Tahiroglu.
Turquía ha llevado a cabo tres grandes incursiones en Siria desde 2016, lo que ha tensionado las relaciones con Estados Unidos. Washington valora a los grupos kurdos de Siria como aliados clave en la lucha contra el Estado Islámico, pero Turquía las califica de organizaciones terroristas.
Erdogan anunció el lunes planes para una nueva ofensiva en el norte de Siria, para crear una zona "segura" de 30 km cruzando su frontera al sur. El objetivo principal es alejar a la milicia de las YPG de las fronteras de Turquía.
El momento del anuncio sugiere que esta ofensiva podría ser usada para alentar a votantes nacionalistas, sumándose también al buen momento creado por el rol de Turquía como mediador en la guerra ruso-ucraniana para destrabar las demandas de Ankara en las negociaciones de la OTAN.
Michael Tanchum, del Instituto Austríaco de Política Europea y de Seguridad, dice que el gobierno turco piensa que sus aliados del a OTAN no aprecian totalmente la amenaza que el PKK y sus ramificaciones significan para Turquía.
Al mismo tiempo, Turquía mantiene buenas relaciones tanto con Moscú como con Kiev. En medio de la guerra en Ucrania, su posición "provee a Ankara con cierto poder para intentar abordar estos temas de gran preocupación para la República de Turquía", afirma Tanchum.
Pero otra incursión en Siria, además de la oposición turca para que Suecia y Finlandia se unan a la OTAN, podría desgastar la "buena voluntad" que construyó Erdogan tras la invasión rusa a Ucrania, de acuerdo a Tahiroglu. "Ciertamente ha reforzado la idea que muchos miembros de la OTAN tienen, sobre que Turquía es un aliado problemático bajo el gobierno de Erdogan", agrega.
Grecia y Turquía, ambos aliados de la OTAN, son rivales regionales con desacuerdos de larga data en varios temas, desde límites marítimos en el este del Mediterráneo, hasta sobre el futuro de la étnicamente dividida isla de Chipre. Las tensiones aumentaron en 2020, a propósito de desaveniencias por derechos de recursos energéticos en alta mar.
A Erdogan no le gustaron los recientes comentarios del Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, durante una reciente visita a Washington. El líder del país helvético sugirió, mientras se dirigía al Congreso, de que Estados Unidos no debería venderle jets F-16 a Turquía para evitar crear "una nueva fuente de inestabilidad" en el flanco sudeste de la OTAN.
En respuesta, Erdogan dijo que no volvería a hablar con Mitsotakis y que cancelaría la reunión estratégica que ambos gobiernos iban a realizar.
El Presidente de Turquía se ha referido a la animosidad con Grecia al discutir su oposición a las solicitudes de Suecia y Finlandia para entrar a la OTAN. Erdogan dijo que su país cometió un error al aprobar el reingreso de Grecia a la alianza militar en 1980 y que está determinado en que no ocurra lo mismo con Suecia y Finlandia.
Durante su discurso en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, Mitsotakis dijo que sería "un error si Turquía continúa usando estas conversaciones (de la OTAN) para obtener algún tipo de beneficio para sus propios intereses nacionales".
Turquía se prepara para la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias, a más tardar, en junio de 2023. Las incursiones en Siria para empujar a las YPG aumentó el apoyo popular para Erdogan en las elecciones anteriores. El líder turco espera poder volver a reunir votos nacionalistas en un momento en que la economía está en caída, con una inflación que está llegando casi al 70%.
Erdogan también notó que su popularidad aumentó cuando tuvo una posición más fuerte contra Grecia y otros países de Occidente.
"Creo que su actual plan es demostrar a su base electoral que puede doblar el brazo a Estados Unidos y los aliados de la OTAN ", afirma Tahiroglu. "Y está empoderado para hacer esto, para actuar de esta forma, porque estos aliados lo han estado apaciguando desde el inicio de la guerra en Ucrania"