Los colombianos hablaron. El domingo, los ciudadanos eligieron al izquierdista
Gustavo Petro y al empresario "outsider"
Rodolfo Hernández como los candidatos que se enfrentarán en la segunda vuelta presidencial del próximo 19 de junio. Uno de ellos dos se convertirá en el próximo Mandatario del país sudamericano, marcando de esta forma el fin de décadas de gobierno de los representantes de la élite conservadora y liberal.
El escenario ahora es incierto, con dos aspirantes con puntos programáticos diametralmente opuestos, pero al menos una cosa clara es que
en la Vicepresidencia de Colombia habrá una mujer.
Francia Márquez y Marelen Castillo fueron las elegidas para acompañar en la papeleta a Petro y Hernández, respectivamente. Ambas cuentan con una historia digna de contar y se han convertido en pieza clave de la campaña para aunar apoyos de distintos sectores de la población, sobre todo los más marginados.
Una activista al palacio de Gobierno
"Gracias, Gustavo Petro, por asignarme esta responsabilidad, que sé que es grande, en nombre de las mujeres; en nombre de las nadie y los nadie". Con estas palabras, Francia Márquez asumía el desafío de ser la compañera de fórmula del ex alcalde de Bogotá, luego de conseguir un destacado segundo lugar en las primarias del Pacto Histórico, con 785.000 votos.
Con su puño en alto y pocas sonrisas, la abogada de 40 años aseguró que trabajará por las mujeres, los negros, los indígenas, los campesinos, la población LGBTI y los jóvenes que protestaron masivamente contra el gobierno conservador de Iván Duque en 2021.
Nacida en el municipio de Suárez Cauca,
Márquez siempre ha estado ligada al activismo, principalmente en los temas medioambientales. Según reporta el diario El Tiempo en Colombia, mientras cursaba la carrera de Derecho instauró una tutela contra la cesión de títulos de explotación minera en el Cauca, lo que provocaría el desalojo y desplazamiento de su comunidad. En 2010, de hecho,
logró que la Corte Constitucional ordenara la suspensión de estos títulos.
Su trabajo ha sido reconocido a nivel internacional. En 2018 recibió el Premio Goldman -también conocido como Nobel del medioambiente- por su lucha ambiental en el Cauca, y un año después la BBC la incluyó en su listado de las 100 mujeres más inspiradoras del mundo.
Esta actividad, no obstante, le ha traído consecuencias negativas. A lo largo de su trayectoria ha recibido amenazas de grupos militares y en 2019 sobrevivió a un atentado con granadas y ráfagas de fusil por su defensa del agua en las comunidades afrodescendientes.
Con ese currículum, Francia Márquez dio el salto a la política colombiana, marcando un punto de quiebre en un ambiente principalmente masculino y conservador. "Su discurso,
enfocado en las comunidades y regiones históricamente excluidas; una visión feminista de la política; la dignidad; la justicia y los derechos, ha puesto en el debate público el racismo, clasismo y machismo en la política colombiana", destacó El Tiempo.
En esa línea, la docente investigadora de la Universidad Javeriana Patricia Muñoz Yi, explicó al mismo medio que la candidatura de Márquez "ha articulado estos elementos: mujer, afrocolombiana y lideresa social, que ha buscado guardar los mayores niveles de coherencia en sus posiciones y propuestas".
Una investigadora en la política
Desconocida en la política, Marelen Castillo irrumpió este año como compañera de fórmula de Rodolfo Hernández, el controvertido candidato que se perfila como un "outsider" de la política y que dio la sorpresa al quedarse con el segundo lugar el domingo, desplazando al centroderechista Federico Gutiérrez.
Afrocolombiana, madre de dos hijos y con una carrera como docente e investigadora, Castillo sigue siendo desconocida para muchos colombianos. De profesión ingeniera, se convirtió en aspirante a la vicepresidencia después de que la periodista Paola Ochoa, controversial por sus opiniones que aunque en un primer momento pareció aceptar, dio un paso atrás, dando lugar a la pareja perfecta para el candidato Hernández.
Nació en Cali en 1968, donde creció en una familia de clase media siendo la mayor de cinco hermanas.
Su carrera profesional arrancó en 1992, cuando terminó su pregrado y fue profesora durante once años en el Colegio Mayor Santiago de Cali.
Nunca se desvió del camino académico.
Licenciada en Biología y Química por la Universidad Santiago de Cali, ingeniera industrial por la Universidad Autónoma de Occidente y con una maestría en Administración y Gestión de Empresas, se especializó en el ámbito educativo, algo que la llevó a ocupar distintos cargos de responsabilidad en la católica Universidad Minuto de Dios (Uniminuto).
Su currículum llegó hasta las manos de Hernández gracias al ex rector e la Uniminuto Alonso Ortíz Serrano, primo de un amigo personal del candidato y amigo de la académica caleña. Así, cuestionada por su falta de experiencia en la vida pública, Castillo ha explicado en varias ocasiones que aceptó el salto a la política porque tiene el mismo propósito que la educación: servir a la ciudadanía.
La académica ha sido la balanza en la carrera presidencial del ingeniero de Bucaramanga: con un carácter y personalidad más templado, sin las excentricidades y salidas de tono propios de la idiosincrasia de Hernández, ha sabido mantener el discurso de luchar contra la corrupción y sacar del poder a los gobernantes de la vieja política colombiana.
También se ha unido al estilo "rodolfista" de hacer campaña en las regiones, que ha sido parte de su éxito, y de
no participar en eventos multitudinarios como han protagonizado sus rivales políticos. Sí ha asistido a algunos debates, una opción a la que el ingeniero se ha resistido.
Este lunes arrancó una nueva etapa en el ciclo electoral colombiano, el "sprint" final en el que ambos candidatos tendrán que definir su estrategia para llegar a la Casa de Nariño y Hernández deberá decidir el rol que en estos 20 días tendrá su compañera de fórmula vicepresidencial.