La guerra en Ucrania desestabilizó el continente europeo, alteró el orden mundial y debilitó la economía internacional y al Presidente ruso, Vladimir Putin, que más de tres meses después de su inicio, sigue al mando.
Ya van cien días de un conflicto que comenzó como una fallida guerra relámpago, pero que ahora se ha transformado en un enfrentamiento de desgaste, que ha dejado consecuencias en todo el planeta.
A continuación, un pequeño repaso a los principales puntos de este inédito conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Putin, intratable
El inquilino del Kremlin, considerado un paria y calificado de "dictador" y "criminal de guerra" en Occidente, se encuentra aislado en la escena internacional y enfrenta sanciones sin precedentes.
Sin embargo, sigue beneficiándose de una gran popularidad en Rusia y puede contar con el silencio tácito de otras grandes potencias, como China. Beijing nunca condenó la invasión rusa en Ucrania, iniciada el 24 de febrero.
Pero los canales de comunicación no están completamente rotos con Moscú. El Presidente francés,
Emmanuel Macron, por ejemplo mantuvo su contacto con Putin en sus esfuerzos por mediar.
Varios dirigentes extranjeros viajaron a Moscú para intentar negociar, en vano, como el secretario general de la ONU, António Guterres el 26 de abril, lo que enfadó al Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Aunque todavía no logró ninguna importante victoria en el terreno y tuvo que revisar su estrategia, centrándola en el este de Ucrania, Putin no da señales de querer detenerse.
Las fuerzas rusas avanzan actualmente en el Donbás y si la región cae, el puerto de Odesa, más al oeste, estará entonces "en el punto de mira", señala a la AFP el geógrafo y ex diplomático Michel Foucher, para quien se abre un período poco favorable para los ucranianos.
El experto se pregunta también si en algún momento los estadounidenses empujarán a los ucranianos a realizar
"concesiones territoriales".
"Por el momento, está claro que Putin no tiene beneficios suficientes para negociar", estima el diplomático Jean de Gliniasty, en una entrevista con el centro de investigación Iris de París.
La OTAN se refuerza
Rusia justificó su ofensiva en Ucrania en el supuesto genocidio de la población rusohablante y para impedir la expansión de la OTAN con su eventual adhesión.
Pero Moscú obtuvo el efecto contrario. La alianza militar se reforzó todavía más bajo el paraguas de Estados Unidos, envió armas a Ucrania y preguntó a la Unión Europea (UE) sobre su autonomía estratégica.
Suecia y Finlandia, dos países tradicionalmente no alineados, pidieron además su adhesión a la organización transatlántica.
Estados Unidos y sus aliados europeos desplegaron también miles de soldados en Polonia y en los países bálticos, fronterizos con Rusia.
En la UE, mucho más unida, los países del Este aprovecharon la ocasión para elevar la voz y ganar peso frente al motor franco-alemán de cara endurecer las sanciones contra Rusia.
Los Veintisiete aprobaron el lunes un sexto paquete de sanciones y por primera vez contra el petróleo ruso.
Un orden mundial impactado
"La invasión de Ucrania por Rusia no afecta solo a Europa, sino que sacude el corazón del orden internacional, también Asia", declaró recientemente el Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, cuyo gobierno también adoptó sanciones financieras contra Moscú.
Joe Biden, cuyo país desbloqueó 40.000 millones de dólares para financiar el esfuerzo bélico ucraniano, habló por su parte de una lucha entre "la democracia y la autocracia".
China sigue siendo, sin embargo, el principal objetivo estratégico de Estados Unidos, como demostró el viaje a finales de mayo de Biden a Asia.
Más allá de Occidente, las posiciones de muchos países hacia Rusia siguen siendo más discretas.
"La mayoría de los países BRICS, entre ellos Brasil, India o Sudáfrica, se han mostrado muy reacios a condenar la invasión rusa", señala Steven Gruzd, del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales de Johannesburgo.
Por su parte, Rusia y China se acercaron, pero la alianza sigue siendo circunstancial, según los expertos.
"Hay una convergencia de intereses para reducir la hegemonía estadounidense, es evidente. Pero creo que la guerra en Ucrania molesta" a China, asegura Michel Foucher.
Sanciones sin precedentes
Los países occidentales adoptaron desde finales de febrero sanciones contra todos los sectores en Rusia y en Bielorrusia, aliado de Moscú: embargo de petróleo, inversiones prohibidas, congelación de activos, restricciones bancarias, de espacios aéreos y marítimos.
Los efectos de la guerra se sienten en todo el mundo -crecimiento económico, cadenas de suministro, sectores alimentario y energético- y hacen temer una crisis alimentaria, sobre todo en el Norte de África, según Steven Gruzd.
"No creo que hayamos visto todavía todos los efectos" de la guerra, agrega el experto, que teme especialmente "una gran perturbación del comercio internacional".