Una verdadera teleserie. Así se puede definir la situación que vive actualmente
Colombia a dos días del balotaje presidencial entre
Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Tras una larga polémica, todo indicaba que ambos candidatos finalmente se verían las caras en
un debate luego de que así lo ordenara la justicia. Pero nada de eso ocurrió y ahora los colombianos deberán votar este domingo sin haber visto un intercambio de ideas entre los postulantes.
Fueron tres días de cartas públicas, condiciones, reuniones fallidas y acusaciones cruzadas. Finalmente, no hay debate y la polémica sigue.
Los hechos
Esta semana, y tras analizar el requerimiento presentado por un grupo de abogados cercano a Petro, el Tribunal Superior de Bogotá ordenó a ambos candidatos "que dentro del término de 48 horas (...) soliciten y programen de manera conjunta, a más tardar el día jueves 16 de junio de 2022, la realización de un debate presidencial" en el sistema de medios públicos. El plazo fatal: las 18:00 horas del jueves.
Los debates son "un derecho del candidato para exponer sus ideas, pero al mismo tiempo un deber frente al conglomerado social", agregó el tribunal. Esto suponía una presión para Rodolfo Hernández, que durante toda la segunda vuelta se ha negado a tener debates con su rival y ha enfocado su campaña en plataformas digitales.
Así, mientras el izquierdista Petro manifestaba de inmediato su disposición a debatir tras el fallo judicial, su adversario aceptó la mañana del jueves participar en este evento, pero
con una serie de condiciones, como que el encuentro se hiciera en
Bucaramanga (ciudad de la que fue alcalde), que se transmitiera por el Sistema de Medios Públicos de Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC) y que fuera moderado por las periodistas Vicky Dávila, Jessica de la Peña y Darcy Quinn como moderadoras, junto a "tres hombres que escojamos de común acuerdo".
Asimismo, impuso temas para tratar en el debate, como "campaña sucia de desprestigio de contendores políticos", "alianzas politiqueras de los candidatos" o el "uso abusivo de recursos del presupuesto para las campañas".
El representante del Pacto Histórico le respondió en una carta pública: "Yo no pongo condiciones a este debate. Ninguna. Dejo en manos del Sistema de Medios Públicos RTVC todos los detalles del debate: desde los y las moderadoras, hasta los temas, incluidos por supuesto los que usted plantea". Y le agregó: "Nos vemos en Bucaramanga, por supuesto".
Horas después Hernández se bajaba del debate tras deducir de la respuesta de Petro que su rival "no estaba dispuesto a acatar en estricto rigor por el despacho, porque al aseverar que no ponía condiciones,
demostró que prefería desconocer el preciso mandato judicial".
El ex alcalde de Bucaramanga agregó que el líder del Pacto Histórico, "al afirmar que dejaba en manos de un tercero un tema tan delicado que debería ser resuelto en estricto apego al fallo, demostró que no estaba dispuesto a acatar el proveído en forma dispuesta por el despacho". Punto final al debate.
Reuniones fallidas
La historia tuvo entremedio una serie de eventos sabrosos. Tras la orden judicial, desde el equipo de Gustavo Petro aseguraron que intentaron comunicarse con los asesores de Rodolfo Hernández y los convocaron a una reunión en las oficinas de RTVC, pero eso no ocurrió.
"Hemos convocado a la campaña de Rodolfo Hernández, a través de los delegados, comenzando por su vicepresidenta (Marelen Castillo). Yo personalmente les he mandado un texto a cada uno de ellos, invitándolos para que, ante RTVC, definiéramos las reglas del debate. Lo que hemos comprobado el día de hoy es que no hay ninguna voluntad de Rodolfo Hernández de asistir al debate", decía el jueves Alfonso Prada, dirigente del Pacto Histórico.
Por otro lado, según recogía el diario El Tiempo, desde RTVC informaban que hasta el mediodía de ayer
"no habían recibido ninguna solicitud conjunta de los candidatos", requisito principal para desarrollar la cita.
Mientras, la Fundación para la Libertad de Prensa de Colombia (FLIP) cuestionaba las condiciones de Rodolfo Hernández, que "riñen con la independencia de estos medios públicos", según un comunicado recogido por El Espectador.
"Esta actitud por parte de Hernández también impide que la ciudadanía vote de manera informada y que se genere un debate robusto frente a sus propuestas como candidato. El acceso a la información es un derecho fundamental en una sociedad democrática", agregaba la agrupación.
El empresario y su equipo, en tanto, acudían a la Basílica de Chiquinquirá (134 kilómetros al norte de Bogotá) para "pedirle perdón a la virgen", según relató El Espectador, luego de decir "yo recibo a la virgen santísima y a todas las prostitutas que vivan en el mismo barrio con ella". La visita llamó la atención de los medios, ya que uno de los argumentos del ex alcalde para hacer el debate en Bucaramanga era la "seguridad", pero no tuvo problemas en desplazarse a otro municipio.
Después de esa actividad y de que el equipo de Petro acusara que lo dejaron "plantado" en las oficinas de RCTV, Hernández comunicaba su decisión de no debatir. El resto es historia.