Los partidarios del derecho al aborto se movilizaron este sábado por todo Estados Unidos en el segundo día de protestas contra el fallo de la Corte Suprema, mientras los estados conservadores comienzan a prohibir las interrupciones voluntarias de embarazos.
El país está viviendo una nueva polarización, entre los estados que ya están negando, o se preparan a hacerlo, el derecho al aborto, vigente desde hace 50 años, y los que lo mantienen.
Tras protestas que se prolongaron hasta altas horas de la noche del viernes, varios cientos de personas volvieron a las calles esta jornada, en particular en Washington, frente a la cercada sede la Corte Suprema de Justicia.
"Guerra contra las mujeres, ¿Quién sigue?" y "Sin útero, sin opinión", decían algunos de los carteles desplegados por los manifestantes.
"Lo que sucedió ayer es indescriptible y repugnante", dijo Mia Stagner, de 19 años, estudiante de ciencias políticas en la universidad. "Obligar a una mujer a ser madre no es algo que se deba hacer", agregó.
También se están realizando manifestaciones similares en Los Ángeles, una dirigida al ayuntamiento y la otra al juzgado federal, y en decenas de ciudades de todo el país.
Hasta ahora, al menos nueves estados de tendencia derechista ya han impuesto prohibiciones del aborto, y un número similar hará lo mismo en las próximas semanas luego de que la corte eliminara las protecciones constitucionales para el procedimiento vigentes desde hace casi medio siglo, lo que generó críticas de algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos en todo el mundo.
Entre los estados que ya restringieron el aborto se encuentran Alabama, Arkansas, Kentuchy, Lusiana, Misuri y Oklahoma.
Muchos temen que la Corte Suprema, que desde la administración de Donald Trump tiene una composición mayoritariamente conservadora, se enfoque ahora en el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo y la anticoncepción.
El presidente Joe Biden, quien también expresó su preocupación de que la corte no se detenga en el aborto, se pronunció nuevamente el sábado en contra del "impactante" fallo del máximo tribunal.
"Sé lo dolorosa y devastadora que es esta decisión para muchos estadounidenses", dijo en la Casa Blanca.
En los estados que restrinjan severamente o prohíban y tipifiquen como delito las interrupciones voluntarias de embarazos, las mujeres deberán continuar con su embarazo, someterse a un aborto clandestino, obtener pastillas para abortar o viajar a otro estado donde siga siendo legal.
Pesadilla
"Lamentablemente, vamos a asistir a algunos escenarios de pesadilla", dijo la portavoz de Biden, Karine Jean Pierre, a periodistas en el Air Force One, que traslada al presidente a Europa para participar en las cumbres del Grupo de los Siete y la OTAN. "No se trata de una hipótesis", comentó.
La mayoría de las movilizaciones del viernes transcurrieron sin incidentes, aunque la policía lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes en Phoenix, Arizona, y en la ciudad de Cedar Rapids, en Iowa, una camioneta atravesó en medio de un grupo de manifestantes y atropelló a una mujer.
El sábado en Washington las manifestaciones volvieron a ser mayoritariamente pacíficas, salvo algunas peleas a gritos entre defensores y opositores del derecho al aborto.
Carolyn Keller, de 57 años, que viajó desde Nueva Jersey, dijo que estaba enfurecida por el fallo y advirtió: "Vinieron tras las mujeres. Vendrán tras la comunidad LGBT y la anticoncepción".
"Abortar no es una elección personal, involucra a dos personas y desafortunadamente esa elección termina con el final de la vida de alguien", dijo a su vez a la AFP Savannah Craven, absolutamente opuesta al aborto.
Para la derecha religiosa el fallo del viernes representa una victoria, pero su objetivo final es mucho más ambicioso: lograr que el aborto sea prohibido en todo el país.
Ese objetivo ahora está al alcance en alrededor de dos docenas de estados. Misuri fue el primero en prohibir el procedimiento el viernes, en todos los casos, y en la mañana del sábado se le sumaron otros siete: Alabama, Arkansas, Kentucky, Luisiana, Oklahoma, Dakota del Sur y Utah.
Varios estados gobernados por demócratas, anticipando una afluencia de pacientes, ya han tomado medidas para facilitar el aborto y tres de ellos (California, Oregón y Washington) publicaron una declaración común para defender el acceso a estas intervenciones.
Pero viajar es caro y la decisión de la Corte Suprema penalizará aún más a las mujeres pobres o que crían solas a sus hijos, que están sobrerrepresentadas en las minorías negra e hispana, subrayan los defensores del derecho al aborto.