Boris Johnson se aferra al cargo pese a haber perdido el apoyo mayoritario del Partido Conservador.
EFE
El primer ministro británico, Boris Johnson, se aferró al cargo y se negó rotundamente a renunciar pese a los llamados que le realizaron este miércoles varios de sus principales ministros, informó la prensa británica.
Luego de que ayer se registrara una ola de dimisiones de colaboradores suyos, varios pesos pesados del Ejecutivo –entre ellos su hasta ahora incondicional defensora Priti Patel, ministra del Interior– fueron hoy a Downing Street a decirle que había perdido el apoyo de su Partido Conservador y que no puede continuar.
Sin embargo, el primer ministro se declaró determinado a permanecer en el cargo y a concentrarse en "los asuntos de gran importancia a los que se enfrenta el país", según informaron varios medios.
Previamente, había afirmado ante la Cámara de los Comunes que "no creo que nadie en este país quiera que los políticos se dediquen ahora a hacer campaña electoral". "El trabajo de un primer ministro en circunstancias difíciles, cuando se ha recibido un mandato colosal, es seguir adelante y eso es lo que voy a hacer", aseguró.
El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, lo acusó de dar un "espectáculo patético" en "el último acto de su carrera política".
Este nuevo capítulo de la creciente crisis política que vive el Reino Unido desde hace meses empezó cuando el martes por la tarde los ministros de Salud, Sajid Javid, y Finanzas, Rishi Sunak, anunciaron casi al mismo tiempo sus dimisiones. Les siguieron una treintena de miembros del gabinete, de menor rango, en una incesante avalancha el miércoles de secretarios de Estado.
Las renuncias se produjeron lugar horas después de que Johnson se disculpara por enésima vez, reconociendo que cometió un "error" al haber nombrado en un importante cargo parlamentario a al conservador Chris Pincher, quien la semana pasada renunció acusado de realizar tocamientos a dos hombres, uno de ellos diputado.
Tras haber afirmado lo contrario, Downing Street reconoció el martes que el primer ministro fue informado en 2019 de anteriores acusaciones contra Pincher, pero que las había "olvidado".