El partido gobernante de Japón y sus aliados obtuvieron suficientes votos para formar una amplia mayoría en las elecciones a la Cámara Alta del Parlamento el domingo, dos días después de que el ex primer ministro Shinzo Abe fuera asesinado durante un mitin de campaña, informaron el lunes los medios locales.
La formación gobernante, el Partido Liberal Democrático (PLD), al que pertenecía Abe, y sus aliados del partido Komeito reforzaron su dominio con más de 75 de los 125 escaños de la Cámara Alta, según los medios nacionales.
Ambos partidos forman parte de lo que ahora es una supermayoría de dos tercios dispuesta a enmendar la Constitución pacifista del país y reforzar su papel militar a nivel mundial, un objetivo de Abe desde hace tiempo.
Incluso antes del asesinato que conmocionó al país, el PLD y Komeito se situaban en camino para cimentar su mayoría.
"Creo que es importante que se hayan celebrado las elecciones de manera normal", comentó el actual primer ministro, Fumio Kishida, añadiendo que iba a centrar su mandato en el covid, Ucrania y la inflación.
El asesinato del exdirigente, que fue baleado el viernes, empañó la votación, pero Kishida insistió en que la conmoción no iba a detener el proceso democrático.
Al reconocer su derrota, Kenta Izumi, líder del opositor Partido Democrático Constitucional, que se prevé que perderá varios escaños, dijo que estaba claro que "los votantes no querían cambiar", según Kyodo News.
El índice de participación en las elecciones fue de un 52%, según los últimos datos disponibles el lunes por la mañana.
El cuerpo de Abe llegó a Tokio el sábado desde la región del oeste donde fue baleado el viernes.
El asesinato conmocionó al archipiélago y a la comunidad internacional, que envió una multitud de condolencias y condenas.
El hombre acusado de su asesinato, Tetsuya Yamagami, de 41 años, está detenido y declaró a los investigadores que atacó a Abe porque creía que el político estaba vinculado a una organización que no fue identificada.
La prensa local describió a esta entidad como una organización religiosa y dijo que la familia de Yamagami había sufrido problemas financieros como consecuencia de las donaciones de su madre al grupo.
"Un remordimiento tan amargo"
Abe pronunciaba un discurso de campaña en la región occidental de Nara para apoyar a un candidato del PLD cuando el sospechoso le disparó.
El ex primer ministro murió horas después de recibir dos impactos en el cuello, pese a los esfuerzos desplegados por un equipo de 20 médicos.
Japón es un país donde hay pocos delitos violentos y están en vigor leyes estrictas sobre el porte de armas, por lo que la seguridad en los actos de campaña es laxa.
Sin embargo, tras el asesinato de Abe se reforzaron las medidas para el resto de los actos de Kishida.
El sábado, la policía admitió que hubo fallos en el dispositivo de seguridad de Abe y prometió una investigación exhaustiva.
"Creo que es innegable que existieron problemas con las medidas de protección y seguridad", dijo el jefe de la policía de la prefectura de Nara, Tomoaki Onizuka.
El alto mando añadió entre lágrimas que desde que se convirtió en agente en 1995 nunca había tenido "un remordimiento tan amargo y un arrepentimiento tan grande como este".
El asesinato del político más conocido de Japón fue condenado en todo el mundo. El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó que las banderas se izaran a media asta el domingo y el mandatario chino, Xi Jinping, se dijo "profundamente entristecido".