"Para los pueblos indígenas y, de hecho, para todo Canadá, es esencial que las disculpas se pronuncien en suelo canadiense. Será más poderoso y tendrá un mayor impacto, sobre todo porque en las culturas indígenas la tierra de los antepasados es de particular importancia.
Y es esencial que asistan muchos sobrevivientes. Es una petición muy antigua, llevan años esperando.
Sin embargo, las distintas generaciones experimentarán esto de manera diferente. Sentimos que los jóvenes indígenas están interesados pero realmente no parecen saber qué esperar. Los mayores, tienen esperanza aunque ya han tenido muchas decepciones y falsas promesas".
"Algunos tienen grandes expectativas y esperan cambios y avances en términos de reconciliación, así como financiación para salir de sus condiciones, a menudo muy difíciles...
E incluso aquellos que creen que es demasiado poco o demasiado tarde están muy atentos a lo que está sucediendo.
Pero al final será algo fundamentalmente simbólico, emocional. Eso ya es importante, porque es necesario que afloren muchas cosas. Estas son emociones que no se han expresado durante años. Los pueblos indígenas necesitan hablar y ser escuchados.
Incluso si lo que sale es negativo, es crucial que todos los canadienses escuchen la ira, la tristeza... Tiene que ser visible.
Esta visita no es una celebración. Será un momento de conmemoración y respeto; los sobrevivientes de las escuelas residenciales deben estar en el centro del proceso para que tenga algún significado".
"La sociedad ha evolucionado profundamente en los últimos años y meses en estos temas. El país se enfrenta a su historia. Hoy, los canadienses se dan cuenta de que el pasado que permitió a Canadá ser el gran país que es hoy no es lo que ellos pensaban.
Del lado indígena, hay un deseo muy fuerte de descolonización. La sociedad canadiense enfrenta hoy las consecuencias del sistema de asimilación establecido durante décadas. Será una gran decepción si no sucede esta toma de conciencia".