Al menos cinco personas perecieron este lunes y más de 74.000 fueron evacuadas por el paso del tifón Noru, que tocó tierra en el noreste del
archipiélago filipino con vientos de hasta 185 kilómetros por hora y que ya abandonó la isla de Luzón en dirección oeste.
Las víctimas son parte de un equipo de rescate que fueron arrastrados esta madrugada por las aguas mientras trataban de evacuar a los vecinos de un barrio en la población de San Miguel de Bulacán, en la isla de Luzón, amenazado por el desborde de un río.
Según confirmaron fuentes policiales a EFE, las cinco víctimas fueron arrastradas por la corriente después de que la pared de un establecimiento contiguo al río se derrumbase a causa de las aguas desbordadas por el tifón, que tocó tierra el domingo y se dirige ahora a Vietnam y Tailandia.
Todos fueron encontrados a primera hora de la mañana, tras varias horas de búsqueda.
La agencia meteorológica filipina bajó un nivel la categoría del ciclón, que fue declarado "supertifón" (alerta 5 de 5, según PAGASA) antes de tocar tierra a "tifón", con vientos de hasta 184 kilómetros por hora.
El Presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, indicó hoy que no se esperan grandes destrozos y pérdidas por el desastre natural, gracias a los trabajos de evacuación y preparación antes de la llegada del tifón, que ya volvió al océano tras atravesar de este a oeste la isla de Luzón (al norte del país), durante la rueda de prensa del consejo de emergencia.
"Creo que hemos tenido un poco de suerte esta vez. Pienso que lo que hicimos estos dos últimos días (previos al paso de la tormenta) es muy, muy importante", remarcó el Mandatario de este país azotado cada año por unos 20 tifones y propenso a los desastres naturales.
Marcos viajó este lunes en helicóptero para observar algunas de las partes más afectadas por las inundaciones e indicó que, "en general, el daño a la infraestructura pública y privada es manejable".
El domingo, cerca de 14.000 familias (unas 74.000 personas) fueron evacuadas por las autoridades en las provincias de Aurora, Nueva Écija, Bulacán, y varias ciudades del norte del área metropolitana de Manila, según confirmaron fuentes de Defensa Civil a los medios.
Los expertos explican que la alta velocidad con la que se movía el tifón (unos 20 kilómetros por hora, superior a lo habitual) y la cordillera Sierra Madre, que atenuó la virulencia de la tormenta al atravesarla, redujeron el impacto del ciclón en el país.
Sin embargo, los daños en el campo sí podrían ser importantes. En una primera evaluación, más del 75% de los cultivos de arroz en la isla de Luzón (la más habitada del archipiélago y la mayor en extensión) podrían haberse visto afectados, según confirmaron a Efe fuentes del Departamento de Agricultura.
Noru es el undécimo ciclón tropical que golpea este año a Filipinas, uno de los países más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático.