Cartagena de Indias, meca del turismo en Colombia, fue durante años un oasis de paz en un país golpeado por la violencia pero hoy está sitiada por los enfrentamientos entre bandas que se disputan el control de la venta de drogas y la trata de personas.
El programa Cartagena Cómo Vamos (CCV), que hace seguimiento a la calidad de vida en la ciudad, advierte sobre el aumento de los homicidios y dice que en el primer semestre de este año hubo 187, es decir 75 más que en el mismo periodo de 2021 cuando fueron contabilizados 112, lo que representa un incremento del 67%.
"Hay un repunte del homicidio en la ciudad y esto responde en algún sentido también
al aumento del microtráfico y de problemas de seguridad relacionados" con ese delito, afirma en una entrevista con Efe la directora de CCV,
Eliana Salas.
Esta situación contrasta con la de décadas atrás cuando Cartagena -que en 2019, último año antes de la pandemia, recibió casi 1,9 millones de turistas, el 17 % de ellos internacionales- era conocida no solo por sus atractivos históricos y naturales sino también por estar al margen de la violencia cotidiana en Colombia.
Guerras internas
El comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, brigadier general Nicolás Zapata, reconoce "la existencia del crimen organizado" y explica que la ciudad se convirtió en un "territorio atractivo" para que grupos armados se nutran de la "economía criminal".
El oficial señala que el aumento de los asesinatos perpetrados por sicarios está relacionado con una "ruptura interna entre los grupos armados organizados que intentan asumir el territorio", lucha en la que el Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país, "internamente tiene algunas facciones".
Las redes sociales se inundan con las fotos y videos de los asesinatos que ocurren casi a diario, pero en Cartagena se habla de puertas para adentro, la gente tiene miedo porque en muchos barrios hay paredes con rayados de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) también conocidas como Clan del Golfo.
Trata de personas
Otro problema de la llamada "Ciudad Heroica" es la trata de personas, que según la secretaria del Interior de Cartagena, Ana María González, se está utilizando para "lavar los activos de otro tipo de negocios", por lo que están tratando de evitar la normalización de la prostitución.
"Se ha vuelto un buen negocio explotar los cuerpos de hombres y mujeres para obtener beneficios económicos que financian otras formas de negocios ilegales", agrega.
En Cartagena, una ciudad con grandes desigualdades sociales, ninguna institución lleva un registro del número de trabajadores sexuales que a diario inundan las calles aledañas a la
Torre del Reloj, uno de los puntos más visitados del centro histórico, convertida por las noches en una zona de tolerancia.
González asegura que "a mayor prostitución hay mayor ilegalidad de otro tipo de negocios y eso es lo que tenemos que atacar de manera trasnacional".
El general Zapata afirma por su parte que "la presencia en una esquina de 10, 12 ó 15 damas de compañía caminando abiertamente en la calle, genera percepción de inseguridad y eso hay que trabajarlo de manera integral".
Faltan políticas de prevención
La Policía de Cartagena es consciente de que la solución a los problemas de seguridad requiere de un fuerte trabajo de prevención de los delitos, articulación institucional, aumento del pie de fuerza, inversión en seguridad e inversión social.
El general Zapata explica que con ese propósito conformaron un cuerpo de élite dedicado exclusivamente a atacar "las rentas criminales, principalmente el narcotráfico", para que la ciudad "deje de ser atractivo para esos grupos armados organizados".
La secretaria González añade que el alcalde de Cartagena, William Dau, pidió "que empiecen a capturar con inteligencia a todos los demás miembros de las cadenas de valor y sobre todo a los internacionales que están asociados a estas cadenas".
En opinión de González, "Cartagena es una plaza muy interesante no solo por el turismo", una actividad en la que se camufla el lavado de activos, "sino también por su condición portuaria que le permite convertirse en exportadora ilegal de estas rentas".
Se privilegió la rumba
González recuerda que desde 2015 se comenzó a mostrar a Cartagena como una "ciudad de rumba nocturna que ciertamente no contribuyó en que el destino fuera lo que queríamos que fuera, que era un destino cultural y familiar".
"La política pública de turismo de la ciudad a nivel nacional eligió promoverla por su rumba nocturna y creo que eso puede tener algo que ver con la manera como se construyó esta marca de ciudad equivocada", añade la funcionaria.
"La política pública de turismo de la ciudad a nivel nacional eligió promoverla por su rumba nocturna y creo que eso puede tener algo que ver con la manera como se construyó esta marca de ciudad equivocada"
Ana María González
Como solución, el general Zapata dice que se requiere "hacer un trabajo muy integral al centro histórico (...) y
una cirugía a nivel de ordenamiento territorial".
Según la directora de CCV, en la ciudad no han sido "capaces de planificar ni de tomar decisiones de largo plazo" sino que se busca resolver los problemas del momento, situación que ha permitido que se desborden algunos como la violencia y la prostitución.