Superada la resaca electoral en
Brasil, tanto
Luiz Inácio Lula da Silva como
Jair Bolsonaro ya están con la mente puesta en el balotaje presidencial del 30 de octubre. Los resultados del domingo, con una diferencia de cinco puntos porcentuales a favor del líder del PT,
ponen más incertidumbre a esta lucha que desde ya se ve peleadísima.
Con ese escenario, tanto el ex dirigente sindical como el actual Mandatario se volcaron a hacer campaña. Y ambos pusieron sus ojos en un lugar en particular: el estado de Minas Gerais.
No es algo antojadizo. Desde las elecciones de 1989 (cuando volvió la democracia directa) que el Presidente electo ha ganado necesariamente en esta región del sudeste del país, por lo que el mote de
zona "termómetro" lo tiene adjudicado con toda justicia.
Y basta ver los resultados de la primera vuelta para entender la relevancia de este estado: son prácticamente idénticos a los números nacionales. En esta zona, Lula obtuvo el 48,29% de los votos, versus el 43,60% del actual gobernante, mientras que a nivel nacional el registro fue del 48,43% para el líder del PT, versus 43,20% para Bolsonaro. Impactante.
Y así lo saben los candidatos. El lunes, Bolsonaro inició su campaña de cara a la segunda vuelta precisamente en Minas Gerais, mientras que Lula explicaba en una reunión con su equipo de campaña que los esfuerzos del comando estarán centrados tanto en esta región como en Sao Paulo, el distrito más grande del país.
Relevancia
Pero, ¿qué hace tan importante a Minas Gerais además de ser un "espejo" de la realidad nacional? Hablamos del segundo estado con mayor número de electores (16 millones), por lo que se trata de un botín bastante codiciado.
Y a diferencia de otras regiones que tienen preferencias marcadas por uno y otro candidato (como por ejemplo la zona del nordeste, donde Lula es amo y señor), Minas Gerais podría denominarse un estado "pendular", que va variando de acuerdo con la elección.
Fue así como Lula da Silva triunfó con autoridad en los comicios de 2002, algo que no había ocurrido en los tres anteriores (1989, 1994 y 1998). En 2006 volvió a repetir la victoria, al igual que su sucesora y ahijada política
Dilma Rousseff, en 2010 y 2014.
Sin embargo, en 2018 el estado se olvidó del PT y se inclinó a favor de Bolsonaro, lo que fue catalogado en su momento como una victoria "importante" que cimentó su llegada a la Presidencia.
Es por ello que el Mandatario empezó su campaña del balotaje en este estado, y no sólo en las calles. Según reportan medios locales, el líder derechista inició las negociaciones para contar con el apoyo público del gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema.
Y no sería un apoyo menor.
Zema viene de conseguir la reelección en los comicios del domingo, con el 56,18% de los votos, por lo que su palabra puede influir mucho en el electorado local.
¿Será nuevamente Minas Gerais el estado "termómetro"? Sólo queda esperar.