Este jueves, tres miembros del grupo Revolución Federal, conocido por sus amenazas contra la vicepresidenta, Cristina Fernández, fueron detenidos en Argentina en el marco de una causa en la que se investigan delitos de incitación a la violencia.
En concreto, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) efectuó esta mañana 11 registros en el área metropolitana de Buenos Aires e hizo los tres arrestos, enmarcados en el expediente que dirige el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi. Los detenidos son Jonathan Morel, Leonardo Sosa y Gastón Guerra.
En septiembre pasado, días después de que la también ex Presidenta saliera ilesa de un atentado por el que hay ya cuatro arrestados, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) presentó ante la Justicia un audio de una transmisión en Twitter previa al ataque, en el que Morel jugaba con la idea de infiltrarse entre seguidores de Fernández para hacerla pasar a la "historia".
También con un eventual asesinato de su hijo, el diputado Máximo Kirchner, o del Presidente de Argentina, Alberto Fernández.
Esa denuncia de la AFI derivó en el desarrollo de una causa judicial -diferente a la que investiga el atentado-, en la que esta semana fue aceptada como querellante la vicepresidenta.
Según informaron a Efe fuentes de la oficina de inteligencia, la denuncia pidió investigar la instigación a cometer delitos, intimidación pública, apología del crimen y otros atentados contra el orden público, amenaza de deponer alguno de los poderes públicos del Gobierno y alentar o incitar a la persecución o el odio contra una persona o personas por sus ideas políticas.
Morel y Sosa, que se conocieron en abril pasado en una reunión de seguidores del libertario Javier Milei -economista con un discurso ‘anticasta’ política-, cobraron popularidad en los meses previos al atentado por sus manifestaciones contra políticos -sobre todo del Gobierno- y sus consignas antikirchneristas, como "Todos presos, muertos o exiliados".
En una entrevista posterior, Morel y Sosa aseguraron que sus mensajes, y salir acompañados de antorchas y una guillotina de madera, eran "
un grito desesperado" para ser escuchados, ya que a su juicio, el político es un "chorro (ladrón), corrupto y mafioso".
Morel relativizó sus expresiones del audio denunciado por la oficina de inteligencia y aclaró que "nadie tiene que ir a matar a ningún político, no hay que gastar dos pesos en eso, ya bastante que los mantenemos", aunque matizó que le "encantaría" que se "mueran los políticos", que les empiece a "agarrar una enfermedad".
Y negó haber tenido ninguna relación con el ataque a Fernández además de conocer a alguno de los detenidos: "Yo solamente me expresé en contra del Gobierno. Si cuatro locos quisieron matar a alguien, que la Justicia actúe".
Por su parte, sobre la denuncia interpuesta por la AFI, Sosa consideró que se trata de "una especie de venganza" contra ellos.