Sigue la incertidumbre en
Estados Unidos. Dos días después de las elecciones de medio mandato, siguen las dudas sobre cómo quedará conformado el Congreso, mientras demócratas y republicanos pelean voto a voto por un escaño. Hay una cosa cierta: al menos en el Senado,
no tendremos una definición clara hoy ni mañana, sino en diciembre.
Mientras en la
Cámara de Representantes el Partido Republicano está a solo nueve escaños de alcanzar la mayoría absoluta y desplazar al Partido Demócrata, en el Senado la cosa es distinta. De momento,
ambas colectividades cuentan con 48 escaños -la mayoría absoluta es de 51-, quedando cuatro estados en disputa. Uno de ellos es
Georgia, que celebrará un balotaje el próximo 6 de diciembre, luego de que ninguno de los candidatos consiguiera el 50% más 1 de los votos.
Hasta el momento, las previsiones dan triunfos republicanos en Nevada y Alaska, mientras que en Arizona la victoria sería para los demócratas. Si se mantiene este escenario, la elección en Georgia será crucial: una victoria de la oposición le entregaría los 51 escaños necesarios para liderar la Cámara Alta, mientras que el triunfo demócrata significaría un Senado 50-50, pero con el voto decisivo de la vicepresidenta, Kamala Harris.
Así, con el 99% de los votos escrutados en Georgia, el senador demócrata Raphael Warnock -un pastor evangélico que se convirtió en el primer afrodescendiente en representar a este estado en la Cámara Alta- lidera las preferencias con el 49,2% de los votos, versus el 48,7% del republicano Herschel Walker, ex estrella de fútbol americano que ha sido apoyado por el ex Presidente Donald Trump. La diferencia es ínfima: 17.500 votos.
Ambos se verán las caras el próximo 6 de diciembre. Aquí, podría ser decisivo además el electorado de
Chase Oliver, candidato libertario que obtuvo 81.131 votos, equivalentes al 2.1%. Sus adherentes podrían inclinar la balanza no solo en Georgia, sino en todo Estados Unidos.
Esta segunda vuelta, además, deja en evidencia el cambio que ha tenido el electorado en este estado, que hasta hace unos años era un fortín republicano donde era imposible ver un triunfo demócrata. Esto cambió en 2021, con los triunfos de los demócratas Jon Ossoff y Warnock, que hicieron historia en las elecciones senatoriales.
Los candidatos
Antes de convertirse en el primer negro elegido al Senado por Georgia en 2021, Raphael Warnock, de 53 años, pronunciaba sermones desde el púlpito de la iglesia de Atlanta donde también ofició Martin Luther King.
Criado en una familia humilde en las viviendas sociales en Savannah, una ciudad colonial en Georgia, dijo en 2020 que su trayectoria desde la iglesia hasta el Senado era posible "solo en Estados Unidos".
Warnock fue acusado en 2020 por su ex esposa de arrollarle el pie con su auto durante un altercado, cuando la pareja estaba en trámites de divorcio. La policía y el personal médico en el lugar dijeron en ese momento que no encontraron signos aparentes de lesiones.
Se le ha reprochado falta de carisma y se ha visto en más de un aprieto durante el único debate contra Herschel Walker, quien recibe el respaldo del ex Presidente republicano Donald Trump.
Ídolo de los Bulldogs de la Universidad de Georgia, Walker, de 60 años, sigue siendo considerado uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol americano universitario.
El atleta también compitió en 1992 en los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, con el equipo estadounidense de bobsleigh. En 1997 se retiró del deporte y se dedicó a los negocios, principalmente a la distribución de productos avícolas.
Abiertamente declarado en contra del aborto, incluso en casos de violación, Walker fue acusado por una mujer de presionarla a abortar en 1991, cuando aún estaba casado.
Una segunda mujer también admitió abortar durante su relación con el abanderado republicano y lo acusó de obligarla a interrumpir su embarazo por segunda vez, dos años después.
Durante su campaña, el ex jugador se vio obligado a admitir que tenía otros tres hijos de relaciones extramatrimoniales, además del que tuvo con su esposa.
En sus memorias publicadas en 2008, Walker explica que después de su carrera deportiva le diagnosticaron un trastorno de identidad disociativo. Se trata de un trastorno mental, cuestionado por parte de la comunidad científica, por el cual un individuo tendría varias personalidades.
Uno de ellos dos llegará al Senado el próximo año. Y eso podría cambiar el escenario político actual.