Las fuerzas rusas golpearon el este y el sur de Ucrania este domingo en la madrugada, mientras los equipos de servicios públicos luchaban por restablecer la electricidad, el agua y la calefacción ante la llegada de la nieve y las temperaturas gélidas.
Con nevadas persistentes sobre la capital Kiev, los analistas pronosticaron que el clima invernal —que trae consigo la congelación del terreno y condiciones de combate extenuantes— podría tener un impacto cada vez mayor en el conflicto desatado desde que las fuerzas rusas invadieron Ucrania hace más de nueve meses.
Según expertos, ambos bandos ya estaban empantanados por las intensas lluvias y condiciones fangosas del campo de batalla.
Después de un aluvión de ataques de la artillería rusa contra la infraestructura que comenzó el mes pasado, se desplegaron cuadrillas de trabajadores las 24 horas para restaurar los servicios básicos, mientras muchos ucranianos se veían obligados a lidiar con sólo unas pocas horas de electricidad al día, y ello si es que aún tenían servicio.
La empresa estatal Ukrenergo, que opera la red eléctrica, informó el domingo que ahora los generadores de electricidad están abasteciendo aproximadamente el 80% de la demanda, en comparación con 75% el sábado.
Las privaciones han reavivado las disputas entre el presidente Volodymyr Zelenski y el alcalde de Kiev. El domingo, el alcalde Vitali Klitschko se defendió de las acusaciones de Zelenski de que demasiados habitantes de la capital ucraniana seguían sin corriente eléctrica y de que no se habían creado suficientes centros para que pudieran abastecerse de alimentos, agua, baterías y otros artículos de primera necesidad.
Kitschko escribió en Telegram que hay cientos de centros de este tipo funcionando, así como cientos de generadores de emergencia, y añadió que "no quiero, sobre todo en la situación actual, entrar en disputas políticas. Es ridículo".
El presidente y el alcalde han discutido de manera esporádica desde que Zelenski asumió el cargo en 2019. Zelenski ha acusado a Klitschko y a los funcionarios de su entorno de corrupción, mientras que Klitschko sostiene que la presidencia lo ha presionado políticamente.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos que ha estado monitoreando de cerca los acontecimientos en Ucrania, confirmó que los reportes de ambos bandos indican que las lluvias fuertes y el lodo los han afectado. En los próximos días se prevén heladas más fuertes a lo largo de las líneas del frente, y los analistas consideran que también les afectarán.
"No está claro si alguna de las partes está planeando o preparándose activamente para reanudar operaciones ofensivas o contraofensivas de gran magnitud en ese momento, pero los factores meteorológicos que han estado obstaculizando tales operaciones comenzarán a desaparecer", informó en una nota publicada el sábado.
El instituto señaló que las fuerzas rusas están atrincherándose más al este de la ciudad de Jersón, de donde fueron expulsadas por las fuerzas ucranianas hace más de dos semanas, y que continuaban con el "fuego de artillería de rutina" al otro lado del río Dnipro.
El grupo de expertos también citó informes de que las fuerzas rusas estaban trasladando sistemas de lanzamiento múltiple de misiles tierra-aire a posiciones más cercanas a la ciudad como parte de un posible plan para intensificar "el ritmo de los ataques con cohetes y misiles antiaéreos contra objetivos terrestres al norte del río Dnipro en los próximos días".
La ciudad de Jersón, que fue liberada hace más de dos semanas —un acontecimiento que Zelenski calificó de punto de inflexión en la guerra—, ha enfrentado en los últimos días intensos ataques de artillería por parte de las fuerzas rusas ubicadas en las cercanías.