El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, consideró este sábado insuficiente el precio máximo de 60 dólares para el barril de petróleo ruso impuesto por la Unión Europea (UE), el G7 y Australia, y el cual Rusia rechaza.
La entrada en vigor de la medida está prevista para el lunes, junto con un embargo de la UE al crudo ruso, en una nueva vuelta de tuerca de las sanciones aplicadas desde que el presidente Vladimir Putin ordenara a sus tropas invadir Ucrania, el 24 de febrero.
El coste actual del barril de petróleo ruso (crudo de los Urales) se sitúa alrededor de los 65 dólares, por lo que fijarlo en un máximo de 60 dólares tendrá un impacto limitado.
"No es una decisión seria fijar este límite para el precio ruso (del crudo), dado que resulta cómodo para el presupuesto del Estado terrorista (Rusia)", aseguró Zelenski, según la oficina de la presidencia.
"Lo lógico hubiera sido establecer un precio máximo para el barril de petróleo ruso de 30 dólares, en lugar de 60 dólares, como lo propusieron Polonia o los países bálticos", afirmó Zelenski.
Los 27 países de la UE, el G7 de las economías más avanzadas y Australia acordaron el viernes imponer un precio máximo de 60 dólares al barril de petróleo procedente de Rusia, segundo exportador mundial del carburante.
"Perdiendo tiempo"
Las autoridades ucranianas se habían mostrado más optimistas el sábado por la mañana respecto a las repercusiones de esta medida.
"Siempre alcanzamos nuestro objetivo y la economía de Rusia será destruida y Rusia deberá asumir la responsabilidad de todos sus crímenes", afirmó el jefe de gabinete presidencial ucraniano, Andriy Yermak.
Sin embargo, Yermak ya había reconocido que "se debería haber bajado a 30 dólares para destruir (la economía rusa) más rápidamente".
"Es solo cuestión de tiempo para que nos dotemos de herramientas más fuertes", dijo el presidente ucraniano. "Es una lástima el tiempo que estamos perdiendo", añadió.
El G7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Japón) aseguró que pretende con la medida "evitar que Rusia obtenga ganancias de su guerra agresiva contra Ucrania" y "apoyar la estabilidad en los mercados energéticos mundiales".
Rusia rechazó tajantemente esas limitaciones: "No aceptaremos ese tope", declaró el portavoz presidencial Dmitri Peskov, agregando que Moscú estaba "analizando" la medida.
"Tenemos que aguantar"
Los bombardeos rusos de las últimas semanas contra las infraestructuras energéticas de Ucrania privaron a millones de familias de luz, agua y calefacción, en plena llegada del invierno boreal.
"Tenemos que aguantar", dijo el gobernador de la región sureña de Mikolaiv, Vitaliy Kim, en Telegram.
En Jersón (sur), "las redes eléctricas, que no funcionaban a causa de los bombardeos enemigos, vuelven a estar conectadas" y "el 75% de la ciudad dispone de nuevo de electricidad", destacó el responsable de la administración regional, Yaroslav Yanushevych.
Putin estima que esos bombardeos contra infraestructuras energéticas son "necesarios e inevitables ante los ataques provocadores de Kiev", según el Kremlin.
El presidente ruso volvió a quejarse, en una conversación con el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, del apoyo financiero y militar occidental que le ha permitido a Ucrania infligir humillantes derrotas a Rusia en el mayor conflicto europeo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Pero la contraofensiva ucraniana dejó aparentemente de avanzar con la misma rapidez.
Los combates son especialmente "duros" en el este, porque "los rusos tuvieron tiempo de prepararse" después de los reveses, indicó el gobernador de la región de Lugansk, Serguéi Gaidai.
La situación es "difícil" cerca de Bajmut, en la región oriental de Donetsk, señala un informe del ejército ucraniano. Los rusos tratan de conquistar esta localidad desde el verano y controlarla representaría un éxito para Moscú tras los repliegues recientes.
Donetsk forma parte de la cuenca del Donbás, que Rusia se anexionó a inicios de octubre aunque hasta ahora no haya conseguido conquistarla íntegramente.
Putin pretende realizar una visita en esa zona "en el momento oportuno", dijo el sábado Peskov, reiterando que para Moscú, se trata de "una región de la Federación de Rusia".
El presidente estadounidense, Joe Biden, dice estar "dispuesto a hablar" con Putin si busca "una manera de terminar la guerra" y retirar sus tropas de Ucrania, pero Peskov afirma que Rusia se opone a esas condiciones.
Por su parte, Ucrania rechaza cualquier negociación con Putin si no se respeta su integridad territorial, lo que incluye la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
El presidente francés, Emmanuel Macron, informó este sábado que "pronto" hablará telefónicamente con Putin sobre la seguridad de las infraestructuras "nucleares civiles" en Ucrania, luego de que converse el domingo con el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi.