"Luis, vos decís que nadie quiere romper, pero cuando alguien no está cumpliendo las reglas, está rompiendo", dijo sin sonreír el Presidente argentino, Alberto Fernández, con el Mandatario de Uruguay Luis Lacalle Pou como destinatario. Tal como se preveía, y en el plenario de presidentes del Mercosur que se lleva adelante en Montevideo, los líderes de Argentina y Uruguay discreparon de modo directo en relación a las tratativas de Montevideo para obtener acuerdos con países extra-zona sin el consenso del bloque.
"El tema es cómo unir esfuerzos, el problema del Mercosur es la asimetría entre sus socios, pero si la solución es que cada uno haga lo que quiera, y el sálvese quien pueda (…) es complejo un tratado con China, es difícil hacerlo desde la individualidad. ¿Por qué no nos ponemos a pensar es como unir esfuerzos para hacerlo entre todos?", dijo Fernández, un rato después que Lacalle Pou manifestó su convicción de avanzar en ese y otros acuerdos y luego "invitar" a sus socios regionales a seguirlo.
"Uruguay necesita y tiene vocación de abrirse al mundo, por supuesto que si vamos en barra es mucho mejor, y eso es lo que buscamos.
Pero no estamos dispuestos a quedarnos quietos", dijo el Mandatario uruguayo, quien definió al Mercosur como
"una de las zonas más proteccionistas del mundo".
Intuyendo la respuesta de Fernández, Lacalle Pou reiteró: "estamos negociando para empezar, pero vamos a decir, Argentina, Brasil, Paraguay, ¿ vamos todos juntos? Lo mismo con Turquía, con Oceanía. Acá no se trata de ruptura, sino de resolver tensiones, nos tenemos que mirar hacia adentro. En los últimos meses existieron dos bajas del Arancel Externo Común, y no fueron por consenso. ¡Y está bien! No podemos ser obstáculos para que los países progresen", abundó Lacalle ante la atenta mirada del Presidente argentino, que estuvo acompañado por el canciller Santiago Cafiero y el embajador en Uruguay, Alberto Iribarne.
A su turno, Fernández insistió en que Uruguay "está rompiendo las reglas" y hasta valorizó la idea de un Banco Central común, desechada por el Presidente de Uruguay. "¿Por qué no nos ponemos a pensar en como unir esfuerzos para hacerlo entre todos?" No es una locura pensar en un Banco Central común, eh, lo que más queremos es potenciar nuestro comercio. Y no ver que cada uno tome impulso propio a ver cómo sigue su vida", insistió el Presidente.
Ambos presidentes coincidieron en su visión crítica del demorado acuerdo con la Unión Europea, aunque Fernández fue mucho más enfático. Mientras Lacalle Pou afirmaba que la contraparte está "complejizando" el acuerdo con pedidos en materia ambiental, el líder trasandino acusó a Europa de "mentir" al ocultar, según su visión, las verdaderas razones por las que el pacto entre bloques no avanza.
"Si firmamos el acuerdo, que se firmó, podemos seguir echando la culpa a que no tratamos bien al Amazonas, pero
es verdad que en Europa hay países proteccionistas que no quieren que entren nuestra carne, nuestros granos y nuestros alimentos. Pidámosle a Europa que dejen de mentir, a nosotros nos preocupa cuidar el Amazonas, pero no es esa la causa, es que ustedes siguen subsidiando y cuidando la producción agrícola ganadera en esa región", se despachó el Mandatario argentino, en referencia implícita a Francia y Polonia, entre otros países que protegen a su producción agrícola.
Luego de la sesión, Fernández asumirá este martes en Montevideo la presidencia pro-témpore del Mercosur de manos de su par uruguayo, que quedó en la mira de sus socios del bloque por su decisión, la semana pasada, de avanzar en un acuerdo bilateral con el Tratado Transpacífico, que encabezan Australia y Nueva Zelandia.
Ayer, los cancilleres de los cuatro países miembro protagonizaron, en la sede central del Mercosur de la capital uruguaya, duros cruces por la decisión uruguaya, y mostraron divergencias por el accionar "unilateral" del Gobierno de Lacalle, según coincidieron Argentina, Brasil y Paraguay. Incluso, el argentino Santiago Cafiero advirtió de una posible "ruptura" del bloque regional.
"Desde Uruguay, hemos tenido ya una visión crítica: el Mercosur debía estar a la altura de sus tiempos y desafíos, y no uno que languidece en discusiones bizantinas. Seguimos advirtiendo las mismas deficiencias", afirmó el canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, quien presentó la semana pasada, en nombre del Presidente Luis Lacalle Pou, la propuesta de un acuerdo con el Tratado Transpacífico, que encabezan Australia y Nueva Zelanda.
"Nos preocupan ciertas actitudes unilaterales, lo hemos expresado en la nota", recordó el canciller, en mención a la carta de protesta presentada por Argentina, Brasil y Paraguay contra las gestiones de Bustillo en Oceanía. "Es contrario a las normas del Mercosur, es violatorio a la regla del consenso, base del Mercosur. La unilateralidad de ciertas decisiones nos preocupan", dijo el canciller, quien advirtió que ese "camino unilateral" podría "desembocar en una ruptura", algo que desde el vecino país descartan.
En relación al demorado acuerdo con la Unión Europea, el canciller Santiago Cafiero advirtió sobre los "riesgos" del acuerdo, mientras Brasil dejó en claro, en la voz de su canciller Carlos França, pretende acelerar la integración durante la próxima presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, que arranca el próximo 1 de enero.
La relación personal y política entre Fernández y Lacalle Pou se fue deteriorando con el correr de ambas presidencias. De aquel amigable asado en la estancia Anchorena, cerca de Colonia, en noviembre de 2020, se pasó al áspero contrapunto de marzo de 2021, cuando el Presidente uruguayo habló del Mercosur como "lastre" y Fernández lo "invitó" a retirarse del bloque común. En el medio, las sucesivas visitas al país del ex presidente José "Pepe" Mujica, dirigente del opositor Frente Amplio uruguayo, dieron cuenta de la renovada simpatía del kirchnerismo por ese sector de la política uruguaya.
La decisión de Uruguay de "ir a fondo" en la búsqueda de acuerdos bilaterales como los del Tratado Transpacífico y China acentuó las divergencias entre Buenos Aires y Montevideo, en un Mercosur que espera la asunción de Lula para definir una estrategia común.