La crisis política en Perú llegó a su punto de quiebre, luego de que Pedro Castillo perpetrara un autogolpe de Estado, al tomar la decisión de "disolver" inconstitucionalmente al Congreso. Este poder se reunió de emergencia y destituyó al Presidente, por permanente incapacidad moral.
Con esto, Dina Boluarte, que hasta entonces era la vicepresidenta, asumió la Presidencia de la República, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo en Perú.
Boluarte –quien se había desempeñado antes como ministra de Desarrollo e Inclusión Social, y en las últimas semanas había marcado distancia de su antecesor– deberá ahora brindar una ruta hacia la estabilidad política, social y económica en ese país.
Al respecto, el analista político Enrique Castillo afirma que tras la destitución de Castillo "están dadas las condiciones" para que exista "un tregua" entre el Congreso y el nuevo Ejecutivo.
En conversación con "El Comercio", el analista señala que, en un primer gesto, la nueva Presidenta "debe tener la grandeza de convocar a un gabinete ministerial de ancha base, un gabinete técnico y político que pueda establecer una tregua (con el Parlamento) y un diálogo político que conduzca a reformas que permitan convocar a nuevas elecciones generales", ya que "va a ser muy difícil que el pueblo crea en este Congreso con la sola caída de Castillo".
Agrega que estas reformas políticas y electorales tienen que apuntar a que personas "con algún tipo de pasado vinculado a la corrupción u otros delitos" no puedan postular. "No podemos aceptar que senderistas por más que hayan pagado su condena puedan acceder a cargos públicos, tampoco personajes relacionados a la subversión y sedición", subraya.
Un gobierno de transición
La politóloga Kathy Zegarra recuerda que los presidentes que no tuvieron el respaldo de una bancada oficialista en el Congreso no completaron su mandato. En ese sentido, dice que si bien Boluarte llegó a Palacio de Gobierno bajo el símbolo de Perú Libre, no tiene su apoyo y "tendría grandes dificultades para continuar en el poder hasta el 2026".
"Bajo la situación que nos encontramos, de crisis política y con un Parlamento altamente desaprobado, es mejor que ella llame a nuevas elecciones junto con reformas", señala.
"Ella debe tener la grandeza de convocar a un gabinete ministerial de ancha base, un gabinete técnico y político que pueda establecer una tregua (con el Parlamento) y un diálogo político que conduzca a reformas que permitan convocar a nuevas elecciones generales"
Enrique Castillo, analista político
También dice que uno de los retos de la nueva mandataria será llegar a un consenso con el Legislativo para viabilizar el adelanto de elecciones generales, más aún cuando hay un sector de la oposición que no contempla este escenario.
Además, sostiene que "es fundamental" que la clase política "se autorregule y priorice" la democracia más allá de sus intereses.
"Es importante que Boluarte genere un gabinete ministerial de ancha base, con personas que no sean cuestionadas, ésa era una de las principales críticas al gobierno de Castillo. Y por el lado del Congreso es clave que se dejen de utilizar de manera permanente y tan irresponsable medidas de control político extremas, aquéllas medidas que signifiquen el quiebre de balance de poderes", remarca.
La experta explica que la "tregua" entre el Congreso y el gobierno de Boluarte debe ser entendida como un tiempo donde el Parlamento pueda fiscalizar y, a la vez, cooperar. "Los poderes se controlan, pero también cooperan, es importante que se tenga una tregua mínima, previo a un llamado a elecciones generales", comenta.
Recuperar la conexión con la ciudadanía
El politólogo José Luis Incio advierte que "es poco probable" que Boluarte pueda sostener su gobierno hasta el 2026, principalmente por no tener el respaldo de una bancada mayoritaria en el Parlamento. "Boluarte tiene incentivos para intentar quedarse, pero el contexto no está a su favor, lo mejor que puede hacer ella es tratar de que se convoque a nuevas elecciones generales con la finalidad de renovar el Congreso y el Ejecutivo. Y en ese tiempo generar una coalición en el Poder Legislativo que le dé vida", sostiene.
No obstante, el analista no cree que este Legislativo vaya a realizar reformas profundas y "que no le convenga".
También coincide en que Boluarte puede armar un gabinete ministerial de ancha base, pero no necesariamente con militantes de los partidos que hoy tienen presencia en el Congreso. "Llamar a ministros técnicos, que no tengan una relación política muy fuerte con los partidos del Parlamento, le puede generar mayor aprobación, pero no le da la coalición que necesita. Debe rodearse de personas que puedan leer bien lo que sucede en el Legislativo y que puedan darle soluciones inmediatas a los diferentes problemas del país", subraya.
Asimismo, dice que una de las principales tareas de la nueva Presidenta es "recuperar la conexión" del Ejecutivo con la ciudadanía. "Lo que ha hecho Castillo es darle un tanque de oxígeno al Congreso, y éste puede aprovechar ese espacio para dar una tregua, apoyar al gobierno de Boluarte y mejorar su imagen. Pero yo creo que pasará lo mismo de siempre, van a aprovechar este momento para los intereses particulares de cada grupo", concluye.