Primera quincena de 2023, los conflictos no paran y el mundo sigue expectante. Y si bien los ojos están puestos en zonas como Ucrania, en el resto del planeta se registran otras crisis humanitarias que no reciben la misma atención mediática y de la comunidad internacional. Su impacto es brutal en la población y, de acuerdo con ONGs y expertos, si situación podría empeorar este año.
Ejemplos hay varios. Casos como los de la República Democrática del Congo, Haití o la República Centroafricana siguen evolucionando y afectando a sus habitantes, que lamentablemente no ven una solución inmediata.
En esa línea, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que desde hace años trabaja en estos países dando asistencia médica en diversas emergencias sanitarias alrededor del planeta, hizo un resumen sobre los conflictos y crisis a los que hay que prestar atención este año y visibilizar su situación. En algunas crisis, incluso, hay un factor común: un brote de cólera que podría causar (o ya está causando) estragos.
Haití y un brote de cólera mientras la situación empeora
Pasa el tiempo y la crisis humanitaria de Haití sigue empeorando. Después de años de inestabilidad política y económica, la preocupación está puesta en la violencia generalizada y, desde principios de octubre del año pasado, el resurgimiento del cólera que amenaza la salud y la seguridad de la población.
En esa línea, MSF -que desde hace tres décadas presta atención médica gratuita en Haití- advierte que, incluso, "el acceso a los servicios más básicos es inexistente". Factor central de este problema es la falta de combustible, que de acuerdo con la mencionada ONG ha obligado a dos tercios de las estructuras de salud del país a reducir la actividad o cerrar por completo, mientras los pacientes y el personal de salud luchan por llegar a las instalaciones que aún funcionan.
Es por eso que los esfuerzos se están centrando en el apoyo a las autoridades sanitarias a través de la implementación de una campaña de vacunación contra el cólera y mediante actividades de agua y saneamiento, y promoción de la salud.
Sudán del Sur y una emergencia agravada por la crisis climática
El largo conflicto que afecta a Sudán del Sur ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares, y la situación se agrava, ya que muchas de ellas no pueden cubrir necesidades básicas como alimentos, agua y atención médica.
Para peor, las terribles consecuencias de años de intensas inundaciones en Sudán del Sur ponen todo aún más cuesta arriba.
Y a pesar de las urgentes y crecientes necesidades humanitarias, en Sudán del Sur los recortes en la ayuda internacional están provocando una disminución de las respuestas a la población, que cuenta con muy pocos recursos después de sufrir crisis consecutivas.
República Centroafricana paga la violencia
Desde hace ya varios años, las olas sucesivas de violencia en la República Centroafricana (RCA) han obligado a miles de personas a abandonar sus hogares y sus pertenencias. Más de un millón de personas de RCA (casi el 20 por ciento de la población) están desplazadas internamente o son refugiadas. La inseguridad, la falta de dinero y las disputas por las tierras son algunos de los obstáculos que enfrentan para regresar a sus hogares de manera segura y permanente.
Además, la población de este país continúa enfrentando una de las situaciones más críticas del mundo en términos de mortalidad materna, desnutrición y falta de acceso a la atención médica. La esperanza de vida es la más baja del mundo y, en algunas regiones, las instalaciones de MSF son la única opción para que las personas reciban asistencia médica. Los equipos de la organización brindan atención general y de emergencia; cirugía traumatológica; servicios maternos y pediátricos; asistencia a sobrevivientes de violencia sexual y de género; y el tratamiento para la malaria, VIH y tuberculosis.
Yemen: Un país en guerra y un sistema de salud en ruinas
Yemen sigue sufriendo desde el inicio en 2015 de una guerra que no ha parado. La población continúa soportando lo más duro del conflicto; muchas personas resultan heridas, pierden la vida o resultan desplazadas en los enfrentamientos entre los distintos grupos beligerantes.
En ese escenario, la desnutrición es un riesgo constante para la infancia en Yemen, que experimenta peaks estacionales cada año, generalmente relacionados con la temporada de escasez causada por la interrupción de la producción agrícola en las zonas rurales. Este patrón ya se observó antes de la escalada de la guerra a finales de 2014, pero ha empeorado debido a los efectos directos e indirectos del conflicto, que han exacerbado la inseguridad alimentaria de las personas que ya eran vulnerables.
Hay varios factores que han contribuido a esta situación: las malas condiciones de vida de las personas que han sido desplazadas por la guerra, la reducción del poder adquisitivo debido a la crisis económica y a la alta inflación; el deterioro general de los servicios de salud y la dificultad para acceder a los existentes.
República Democrática del Congo y una crisis que no termina
República Democrática del Congo (RDC) está inmersa en una situación de emergencia constante. Durante décadas, un conflicto persistente en las provincias del este del país, la inseguridad en otras regiones y un sistema de salud extremadamente frágil se ha traducido en recurrentes crisis humanitarias y enfermedades epidémicas que afectan a miles de personas. De hecho, el año pasado el país sufrió el décimo cuarto brote de ébola desde que se identificó el virus en el país en 1976, y el sexto en la provincia de Ecuador.
El cólera amenaza a varios países
En 2022, al menos 30 países sufrieron brotes de cólera, mientras que la media durante el último lustro fue de unos 20 brotes al año.
En la mayoría de los países los brotes se deben a condiciones específicas de estos lugares como la falta de acceso al agua potable y el tratamiento inadecuado de las aguas residuales, como es el caso actual de países como Haití, Somalia y Siria.
Las crisis políticas y/o militares prolongadas, la emergencia climática y los desplazamientos de población pueden provocar la escasez de agua, la falta de mantenimiento de las infraestructuras de agua potable y/o alcantarillado, obligando a la población a recurrir al consumo de agua procedente de fuentes no seguras.
MSF aseguró que lleva actualmente a cabo programas contra el cólera en 10 países (Kenia, Etiopía, Somalia, Camerún, Nigeria, Haití, Líbano, Siria y Malaui). Los equipos de la organización gestionan unidades de tratamiento de cólera para tratar a los pacientes y cuentan con puntos de rehidratación oral.