El Gobierno de Dinamarca está recibiendo un diluvio de críticas de parte de la oposición, los sindicatos, los obispos y hasta militantes comunes de los partidos oficialistas por su intención de eliminar un feriado público primaveral.
El gobierno de la primera ministra Mette Frederiksen, formado por una coalición tripartita, ha propuesto eliminar el feriado que cae el cuarto viernes después de la Pascua y que es conocido como Store Bededag, o Gran Día de Plegarias.
El Gobierno dice que el dinero ahorrado podría ser usado para impulsar los gastos de defensa; un estimado oficial dice que reforzaría el balance público estructural en unas 3.000 millones de coronas (439 millones de dólares) al año.
En Dinamarca hay hasta 11 feriados públicos, aunque hay menos los años en que Navidad y Año Nuevo caen en fines de semana. El Gobierno presentó el martes al Parlamento la propuesta para abolir el Store Bededag.
El nuevo gobierno —formado por los socialdemócratas, los Liberales de centroderecha y los Moderados de tendencia centrista— está en funciones desde el 15 de diciembre, y busca cumplir con la meta de la OTAN de gastar el 2% de su Producto Interno Bruto en defensa, en parte como respuesta a la invasión rusa a Ucrania.
Sin embargo, la eliminación de un feriado —creado hace más de 300 años cuando un obispo danés combinó varios feriados menores en un solo día— ha desatado ásperas reacciones en toda Dinamarca, un país de casi 6 millones de habitantes donde más del 73% de la población pertenece a la Iglesia Luterana Estatal, aunque menos de 3% van a la iglesia regularmente.
Los sindicatos, que tradicionalmente son cercanos a los socialdemócratas de Frederiksen, han lanzado una petición en línea con más de 405.000 firmas para "enviar una clara señal al gobierno: Abandone sus planes de eliminar el Store Bededag".