El Presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este lunes que su país promoverá una nueva relación con los países de África, hasta ahora muy centrada en las cuestiones de seguridad, y anunció una "disminución visible" de los efectivos militares franceses en ese continente.
En un discurso pronunciado en el Elíseo en la antesala de una gira por cuatro países del África central, Macron admitió que Francia cometió errores en el pasado y que, en ocasiones, asumió responsabilidades militares "exorbitantes", lo que puso a su país en una posición que facilita que se la convierta en "chivo expiatorio".
En este sentido, usó el ejemplo de
Mali, donde las autoridades acabaron pidiendo la salida de la fuerza especial francesa desplegada para combatir el yihadismo en el Sahel. Decisión similar adoptó a comienzos de este año
Burkina Faso.
"En efecto, hay una idea demasiado instalada de que Francia es responsable de todo y cuando hay una decepción la gente viene y dice 'es vuestra culpa'. No, no es nuestra culpa", subrayó, sin dejar de precisar su "orgullo" por el papel preponderante que Francia adoptó en la batalla contra el terrorismo desde 2013, algo que ningún otro país hizo.
"Nuestros hijos han muerto en África luchando contra el terrorismo allí. Pero Francia sola no puede luchar contra el terrorismo en África. Ahí hay una decepción pero porque hay una suerte de malentendido. Si los Gobiernos africanos no desempeñan su papel, si transfieren todo de alguna manera a la presencia francesa, no lo conseguiremos nunca", argumentó.
Ante el empuje de la influencia de China y Rusia, Macron defendió un nuevo vínculo con África que pase de una "lógica de ayuda" a una "de inversión solidaria y de colaboración", extendida a ámbitos más allá de la seguridad, como la cultura, el clima, el deporte y la innovación.
"La competición en la que yo no quiero participar es la de la presencia militar", recalcó el Presidente francés, que calificó de "anacrónica" la noción de medir la "influencia" en términos de operaciones de seguridad.
Así, Macron abogó por un nuevo enfoque de las relaciones francoafricanas, en las que el paradigma securitario pase a un segundo plano.
"Estamos en una posición que no va por buen camino y es en buena parte nuestra culpa", reconoció.
Remodelar bases militares
Eso se traducirá en una remodelación de la presencia militar gala, que repensará sus bases militares en terreno africano y reducirá el número de efectivos enviados por París, a cambio de aumentar la participación local.
Eso dará lugar a bases militares de gestión compartida o incluso a su transformación en escuelas de formación, en otros casos.
Para Macron,
esa presencia se había convertido en un "pretexto" propagandístico para "muchos enemigos" y también en una excusa para "no tratar los problemas" desde un punto de vista político dentro del propio país.
Este nuevo abordaje bilateral, Macron lo encuadra en un nuevo modelo de relaciones norte-sur, basado en "luchar juntos por causas comunes", como el cambio climático o la desigualdad, sin que los países occidentales dicten un camino de "desarrollo".
Es una posición de "humildad" con la que Francia no renuncia a la defensa de la democracia, dijo Macron, pero sí privilegia la idea de acompañar a las sociedades en su transformación, por encima de imponerla.
También defendió una relación más respetuosa, incluido por parte de las empresas francesas que hacen negocios en África.
El Presidente Francés partirá el 1 de marzo para una gira que lo llevará a
Gabón, Angola, Congo-Brazzaville y la República Democrática del Congo (RDC), con una agenda que incluye aspectos medioambientales, científicos y culturales.
Respecto a este último ámbito, Macron hizo hincapié en las iniciativas de restitución del patrimonio cultural africano en manos de Francia y avanzó que su Ministerio de Cultura presentará pronto al Poder Legislativo un proyecto de ley para regularlas.
El viaje del Presidente francés se inscribe en un marco de creciente influencia china y rusa en el continente africano.
En el primer caso, se traduce sobre todo en dependencia financiera, pero en el segundo incluye una presencia militar en aumento, en particular con el grupo paramilitar Wagner, y un acercamiento político a Moscú muy visible en el contexto de la invasión de Ucrania.