Un "grupo proucraniano" está detrás del sabotaje del año pasado a los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el Mar Báltico, aseguró el martes el diario The New York Times citando fuentes de inteligencia estadounidense que no identifica.
El diario tampoco revela el nombre de este "grupo proucraniano".
Según funcionarios estadounidenses,
no hay indicios de que el Presidente ucraniano Volodimir Zelenski esté involucrado en el sabotaje que benefició a Ucrania al mermar la capacidad rusa de amasar millones mediante la venta de gas natural a Europa Occidental, añadió.
La versión difundida por los servicios de inteligencia de Estados Unidos sugiere que
los autores eran "adversarios del Presidente ruso Vladimir Putin", probablemente ciudadanos ucranianos o rusos, según The New York Times.
Varios medios de comunicación alemanes (el semanario Die Zeit y los canales públicos ARD y SWR) señalaron -también sin fuentes identificadas- que
para la operación se usó un barco arrendado por una empresa con sede en Polonia y "aparentemente perteneciente a dos ucranianos".
A bordo del barco subió un equipo de
seis personas -cinco hombres y una mujer-
para transportar y colocar los explosivos, añadieron.
Los medios alemanes afirmaron haber obtenido la información de entrevistas "con fuentes en varios países".
Alemania, Dinamarca y Suecia llevan a cabo investigaciones judiciales sobre la destrucción de los gasoductos.
Sin embargo, "no está clara la nacionalidad de los autores", afirmó Die Zeit, porque se utilizaron pasaportes falsos para alquilar el barco.
Según investigadores,
el comando zarpó del puerto alemán de Rostock el 6 de septiembre de 2022.
En el barco se detectaron rastros de explosivos al ser devuelto "sin limpiar" a su propietario, escribió Die Zeit.
"Aunque las pistas conducen a Ucrania,
los investigadores aún no han podido determinar quién encargó" la operación, subrayó el semanario.
The New York Times indicó que
la versión consultada por los servicios secretos de Estados Unidos no permite llegar a "conclusiones firmes" y "deja abierta la posibilidad de que la operación haya sido lanzada en secreto" por una fuerza con vínculos dentro del gobierno ucraniano o sus servicios de seguridad.
El 26 de septiembre se detectaron cuatro fugas de gas precedidas de explosiones submarinas en los gasoductos que unen Rusia con Alemania, todas ellas en aguas internacionales.
Los países occidentales acusaron de las explosiones a Rusia, que en febrero de 2022 invadió Ucrania.
Moscú ha acusado a los "anglosajones" de estar detrás de este sabotaje.
Desde la invasión de Ucrania por parte de Moscú, los dos gasoductos han motivado tensiones geopolíticas, alimentadas por la decisión de Moscú de cortar el suministro de gas a Europa en supuesta represalia por las sanciones occidentales.
Los dos gasoductos estaban fuera de servicio pero contenían grandes cantidades de metano.
En un artículo publicado en febrero, el periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh afirmó, citando una fuente no identificada, que buzos de la Marina de Estados Unidos, con la ayuda de Noruega, colocaron explosivos en los gasoductos.
La Casa Blanca lo calificó de "ficción total".