Joe Biden lo ha dicho una y otra vez: Donald Trump es su rival favorito para las presidenciales de 2024. Pero el Mandatario estadounidense deberá navegar las aguas con sutileza si desea sacar provecho político de la inculpación de su antecesor.
No hay comentarios de Biden ni de la Casa Blanca tras la noticia de que, por la primera vez en la historia, un ex mandatario de Estados Unidos comparecerá ante la justicia, acusado de haber querido comprar el silencio de una actriz porno.
La agenda de Biden este viernes prevé una visita a una ciudad de Mississippi (sur) recientemente devastada por un tornado, y luego se refugiará el fin de semana como de costumbre en su residencia familiar de Delaware (este).
La consigna es un "perfil bajo" sobre la inculpación, y "sobre todo no hablar" del tema, señala la ex vocera del Presidente demócrata, Jen Psaki.
"Silenciosa"
La Casa Blanca "permanecerá tan silenciosa como sea posible, por el mayor tiempo posible", dijo Psaki el jueves al canal de televisión MSNBC. "No quieren alimentar el debate político", afirmó.
Hasta ahora, su sucesora como portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre, permanece muda sobre los procesos que enfrenta Trump, resguardándose en una ley que prohíbe hablar de futuras elecciones.
Todo indica que Biden no quiere contribuir en lo más mínimo al argumento de que Trump es blanco de una persecución política, como denuncia el ex Presidente republicano.
Biden, que no ha lanzado aún oficialmente su candidatura a la reelección en 2024, apuesta a lo que se conoce en Estados Unidos como el efecto de la "pantalla dividida". De un lado, un jefe de Estado que trabaja. Del otro, un ex presidente paralizado por problemas judiciales.
"Pantalla dividida"
Un ejemplo para la semana próxima: el lunes Biden debe viajar a Minneapolis (Minnesota, norte) a explicar "cómo su política económica creó el mayor aumento de empleo de la historia" y atrajo inversiones, según un comunicado de la Casa Blanca.
Al día siguiente, Trump debe comparecer ante un tribunal de Nueva York, donde se le tomarán las huellas digitales, se le leerá un acta de inculpación y se le sacará la foto reglamentaria.
Pero la inculpación de Trump, que no le prohíbe hacer campaña ni presentarse a las presidenciales de 2024, puede tener un efecto movilizador en su propio bando, y ayudarle a recaudar fondos.
El jueves varias figuras de la derecha estadounidense, incluido el gobernador de Florida Ron DeSantis, considerado un ambicioso rival de Trump, unieron filas tras el magnate inmobiliario.
Una victoria fácil de Trump en las primarias republicanas puede servir a Biden.
"Suertudo"
El demócrata de 80 años ya le ganó en las urnas una vez y siente que puede volver a hacerlo. Biden espera asimismo que frente a Trump, de 76 años, el tema de su edad le perjudique menos.
"Seré muy suertudo si en la próxima elección me encuentro frente al mismo hombre", dijo Biden hace aproximadamente un año.
Un reciente sondeo de la facultad de Derecho de la Universidad Marquette mostró a Biden codo a codo con Trump en las intenciones de voto, con 38% cada uno.
Falta saber qué pasará con los independientes e indecisos. En las últimas semanas Biden les ha cortejado con argumentos sobre el costo de vida y la defensa de los seguros de salud.
Un sondeo de la Universidad Quinnipiac publicado el jueves indica que el 68% de los estadounidenses se preocupa por su nivel de vida tras la jubilación.
El Presidente demócrata ha relegado a un segundo plano e incluso abandonado los ataques virulentos contra su antecesor, como el lanzado en septiembre de 2022 en Filadelfia (este).
En un raro ataque frontal, Biden acusó entonces a Trump de alimentar un "extremismo" que amenaza los "pilares" de Estados Unidos.